Por falta de catéteres muchos pueden morir

Más y más los médicos salvadoreños se sienten impotentes frente a los padecimientos de sus pacientes, a los que no pueden cuidar como quisieran y que con frecuencia regresan a sus casas a morir.   

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26 June 2016

Un alto porcentaje de pacientes que requieren diálisis en el Rosales no ha podido ser atendido por falta de catéteres rígidos, lo que pone sus vidas en serio peligro. O como lo expresó la presidenta de la Asociación de Pacientes con Insuficiencia Renal, Norma Alvarenga, “tengan la fe en Dios y para mientras vamos a ver cómo hacemos...”.
   
En más grave condición están los enfermos del Bajo Lempa, donde los padecimientos renales son diez veces la incidencia del resto del país sin que estén claras las causas.
 
Pero donde se mira, se trate de enfermos de los ojos, personas que requieren medicamentos para combatir un cáncer o de niños con hemofilia, sucede lo mismo: el desabastecimiento es grave, no sólo por faltar medicamentos, insumos, instrumental y equipos, sino debido a la ineficacia para prevenir y administrar recursos de parte de Salud Pública y al traslado de especialistas con experiencia a otras áreas para subutilizarlos.

Es obvio que poner inyecciones y curar heridas en un campamento en medio de cerros no prepara a nadie para otra cosa más que para poner
inyecciones y curar heridas en medio de cerros.

La razón del desabastecimiento, se dice, es que los proveedores no han entregado a tiempo los catéteres.
   
En las entrevistas realizadas a nefrólogos se resaltó la falta de “un plan nacional de salud renal, de un registro de los pacientes renales que hay en el país, así como de un organismo nacional de trasplantes. 

“Faltan muchas cosas que hemos venido pidiendo por décadas”, dijo el doctor Ramón García-Trabanino, quien afirma que no hay conciencia nacional sobre la epidemia renal que se enfrenta. 

“La enfermedad renal crónica, el cáncer y el trauma son los problemas más graves; no vemos programas bien definidos y concretos que resuelvan esto”, declaró por su parte el doctor Juan Antonio Tobar, presidente del Colegio Médico. 

El director del Rosales, entretanto, dijo que había en existencia catéteres flexibles, pero el problema, respondieron a su vez los nefrólogos, es que esos catéteres necesitan mucho cuidado y largos procedimientos para colocarlos a los pacientes, a la inversa de lo que es la práctica del catéter rígido, que puede usarse en emergencias con un mayor número de pacientes.
 

Una regla básica de salud:
tomar mucha agua

 

Si hay problemas con los pacientes del área metropolitana, muchos de los cuales no se dan cuenta del mal que sufren hasta que llegan a un hospital, lo que sucede en el Bajo Lempa es aterrador.

En las reformas hechas a los programas de Educación hace casi cincuenta años se suprimieron la moral, la cívica y la higiene, esta última lo que enseñaba a los niños cómo cuidar su salud, comenzando por tomar mucha agua durante el día.

Más y más los médicos salvadoreños se sienten impotentes frente a los padecimientos de sus pacientes, a los que no pueden cuidar como quisieran y que con frecuencia regresan a sus casas a morir.