Los presuntos enriquecimientos ilícitos por los que un tribunal y la Fiscalía investigan a Mauricio Funes, a su exmujer y a un hijo llegan a montos que nadie que conozca la pomposa vida de ellos considera ajustados a la realidad, pues ni siquiera toman en cuenta los tres millones de dólares que una persona depositó a su nombre.
Funes pasó de pequeña casa alquilada a vivir en grandes mansiones, viajar espléndidamente, comprar en almacenes de lujo, conducirse en camionetas de muy alto costo.
Representantes del Ministerio Público han declarado que podría ser mucho mayor el monto de ingresos no justificados y bienes incautados o por incautarse, como las más de noventa armas de alta precisión compradas por Funes mientras fue presidente.
Algunos creen que pueden escapar de sanciones no dejando rastros visibles de enriquecimiento, como con desorbitados viajes al exterior. Es así como se gastan fortunas, con probabilidad las tarjetas de crédito utilizadas las pagan los mismos ministerios o Hacienda y ¡santas pascuas! Pero la Sección de Probidad de la Corte Suprema y la Fiscalía deben establecer qué entidades de crédito extendieron tarjetas a los investigados y quiénes las pagan y en qué montos.
Hay formas de seguir la pista cuando un funcionario que toma cien mil dólares manipulando partidas presupuestarias, se gasta ese dinero en viajes y joyas, le compra a la mujer “modelitos” de alta costura de cinco mil dólares y más, pensando que no dejará rastros de ese acto de corrupción.
Probidad y la Fiscalía tienen a su alcance múltiples recursos para ir tras señales de lavado.
En el presente caso, la Fiscalía puede pedir asistencia en las investigaciones al Grupo de Acción Financiera del Caribe (GAFIC), conectado con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, al igual que contactar a la Fiscalía del Brasil para determinar si no hay vínculos con el escándalo de corrupción de Petrobras, incluyendo si hubo transferencias de fondos de El Salvador a ese país.
Falta por investigar a fondo lo del gran hoyo de El Chaparral
La Fiscalía salvadoreña puede indagar si hay indicios de pagos de comisiones a funcionarios salvadoreños, si se realizaron transferencias de capital en ese período y cómo es que Funes avaló y defendió el pago de $108 millones por trabajos inconclusos en el gran hoyo de El Chaparral.
Los actuales procesos contra funcionarios por presunto enriquecimiento ilícito tienen un precedente, cual es el caso del expresidente de ANDA, Carlos Perla, condenado a quince años de cárcel por una suma y un modo de vida muy por debajo de lo que ahora se investiga con Funes y Saca.
En cuanto a Funes, hay que sumar el atropello a ENEL y el montaje del agujero negro que rodea la producción de electricidad del país.
Lo de ENEL destruyó el crédito que tuvo El Salvador como un socio confiable para inversiones procedentes del exterior.
Durante su malhadada presidencia, Funes fue de desplante en desplante, ocupado en tramar atropellos contra sectores honestos de nuestra sociedad.
De pequeña casa alquilada a grandes mansiones
La Fiscalía puede pedir al Grupo de Acción Financiera del Caribe (GAFIC), conectado con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos, asistencia en las investigaciones, al igual que contactar a la Fiscalía del Brasil
06 April 2016