Martha Evelyn Batres, diputada de ARENA, se ha propuesto encontrar lo que no existe: el estudio o cualquier estudio que justifique los desorbitados incrementos en las tarifas de Anda, incrementos que además se aplican al capricho.
No hay estudio por la simple razón de que las alzas tienen todas las señales de ser un impuesto más para apuntalar las resquebrajadas finanzas del gobierno. “Y punto”, le guste o no le guste a la población.
Y es que la nave estatal por todos lados está agujereada. Ya informamos del grave problema que enfrentan personas que viven del alquiler de casas a la Policía, que desde hace rato no reciben su dinero y a pasar hambre.
Y así con proveedores, con gremios a los que no pagan a tiempo, a los que quieren adelantar sus retiros voluntarios, a los grupos que pretenden pensiones “dignas” cuando podrían darse por dichosos si les cae algún dinerito después de jubilarse.
¿De dónde el sofoco por subir tarifas de un servicio que tan mal se presta? Hace unos días la diputada Batres señaló que Anda estaba contratando más activistas, parte de la enorme masa de mantenidos que pesa sobre el país, su economía y su desarrollo.
Son los cuarenta mil que Funes de golpe contrató más los que han ido agregándose a borbotones. En un divertido análisis que en su momento hizo una dirigente oficialista, cada uno de los mantenidos, alegó, consume bienes y servicios y de esa manera estimula la producción y, al haber más producción, habrá más empleo y así jalándonos todos para arriba.
Con noventa mil mantenidos, debe de pensar, doble prosperidad.
Si la gente de este país está esperando que sea Anda la solución para el problema del agua van directo al desastre. Obviamente de lo principal es no seguir votando por lo que no funciona.
Si las comunidades están quedándose sin agua, por lo menos hagan el esfuerzo de conservar lo que Dios manda en el invierno. Dios ayuda a los que además de rogarle siguen dando con el mazo. Y dar con el mazo, en esto del agua, es que las comunidades pongan tapadas en sus ríos o los cauces donde corra agua al llover, para que se formen pozas y se absorba al subsuelo y abastezca los mantos freáticos que están secándose.
También, los que puedan, que hagan cisternas para recoger agua de lluvia para cuando luego falte, la solución de los pueblos de antes.
Si Anda no hace nada,
háganlo ustedes mismos
Esto de las tapadas, unidas a la reforestación, es lo único que puede evitar que las temperaturas de San Miguel, en vez de ser de un agradable cuarenta y dos grados, sean de cincuenta, como Bagdad en julio.
Hemos propuesto que las ciudades, comunidades, poblados se las arreglen para hacer que otros “fabriquen agua” y la compren. Las fracasadas cooperativas “del sector reformado” podrían destinar parte de sus abandonadas tierras para hacer reservorios al haber ríos cercanos.
De hecho gran parte del calor del oriente de la República es resultado de la malhadada reforma agraria de los 80, que contribuyó grandemente al descuaje de los bosques.
Política de aguas, como de seguro se ha dado cuenta la diputada Batres, no tiene Anda, fuera de abrir pozos más profundos y acarrear agua desde más y más lejos.