Aprovecha Correa el sismo para profundizar el saqueo

Lo que procede es premiar la inversión en reconstruir, lo que puede hacerse reduciendo, no incrementando, impuestos.

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27 April 2016

El terremoto es el gran pretexto para que Correa, de Ecuador, meta la mano en los bolsillos de todos sus connacionales, como lo anunció el viernes: dos puntos de alza al IVA, un impuesto a quienes ganen más de un millón de dólares, descuentos a los salarios y así en adelante.

Se recoge el dinero y el régimen lo reparte (y quien parte y reparte se queda con la mejor parte); estos repartos nunca se hacen siguiendo criterios imparciales sino favoreciendo los propios intereses.

  Lo que plantea Correa se presta para toda clase de manipulaciones.

 Como consecuencia de un cataclismo mucha infraestructura se daña, la que obviamente tiene que repararla un gobierno. 

Pero para que los fondos se manejen con transparencia y además se liciten las obras a los más eficientes,  el mecanismo adecuado es nombrar un ente independiente que asuma esas responsabilidades, como se procedió en El Salvador con el gobierno Flores para resarcir los daños de los terremotos que sacudieron al país en enero y febrero de 2001.

 Igual para la reconstrucción de viviendas, plantas industriales, centros comerciales, edificios públicos, hospitales, etc. Que expertos hagan evaluaciones, se presenten al público y se apoye con facilidades crediticias y ayuda estatales.

Al haber incentivos, los capitales fluyen hacia donde logran lo más por lo menos, la característica esencial de la eficiencia. Lo que procede es premiar la inversión en reconstruir, lo que puede hacerse reduciendo, no incrementando, impuestos.
 

Fórmula para reconstruir:
confianza, confianza, confianza 
 

Lo importante es que la gente tenga confianza en el futuro de su país. Son tres los “grandes secretos” para el desarrollo y, como es natural, para superar los daños de una catástrofe como la que ha golpeado tan fuertemente a Ecuador. Esos tres secretos son: 
¡Confianza, confianza y confianza!

Tomemos el caso de El Salvador, donde la construcción y pese a la incertidumbre, continúa generando empleo y dotando al país de nuevas obras.

Los constructores vienen pidiendo desde hace tiempo, inclusive antes de la llegada de los rojos al poder, que se establezca una “ventanilla única” para realizar todos los trámites, desde la conexión de agua y la línea de construcción, hasta el pago de tasas, etc. 

Y sumado a eso que se establezcan plazos perentorios para los trámites, evitando que para una “firma” haya que esperar hasta que San Juan baje el dedo.

Y eso debe de ser también un problema en Ecuador, sobre todo conociendo la enorme inventiva que tienen los malos burócratas para exigir más y complicar más las cosas para obtener permisos de lo que sea.

A mayor número de trámites, permisos, vueltas, inspecciones, resoluciones, firmas, etcétera, más ventanas a la corrupción.

Nos contaba un amigo constructor a quien los corruptos destruyeron, que es muy conocido lo de “almorcemos juntos” para allí pedir el chequecito aligerador...

Con los que nadie debe tener lástima es con calculistas y constructores cuya inepcia o errores hayan contribuido a que edificios, viviendas y estructuras se derrumbaran matando gente y enterrando vivos a muchos. En estos tiempos hay maneras de diseñar estructuras resistentes a sismos.