Encontables personas aquí en El Salvador y en el mundo entero aprendieron a leer en diarios. Y los diarios son su principal lectura a lo largo de la vida.
Los diarios son el libro de los pueblos pobres que no tienen los recursos para comprar libros “propiamente dichos”, ediciones encuadernadas de literatura, textos científicos, guías de aprendizaje...
Los diarios son también, como lo hemos enfatizado y demostrado a lo largo de decenios, excelentes auxiliares para la enseñanza.
Y cuando en un país como el nuestro los escolares sólo parcialmente reciben textos de enseñanza, los diarios se constituyen en un auxiliar de primer rango para la educación.
Comencemos con la enseñanza del alfabeto y el aprendizaje de la lectura...
Con un diario en sus manos, un maestro pide a sus alumnos que identifiquen las letras del alfabeto. Los pequeñitos se van a los titulares, que tienen letras grandes, y las van identificando. “Esta es la e, esta es la letra r, esta.... ¡no me recuerdo maestro! Pues es la k, Josecito...”.
Y allí, en otro titular, una consonante y una vocal hacen un sonido propio. Los niños pueden recortar las letras y con ellas escribir nombres simples...
Para aprender geografía y valiéndose de las noticias, los alumnos van descubriendo cuántos distintos países se mencionan en una edición. Y al identificar los países, el maestro pregunta cuál es la capital de cada uno de ellos y en cuál continente se encuentra.
Y de todos estos países, ¿cuáles son los más cercanos al nuestro? ¿Cuáles son los más grandes? Y para eso están los mapas que EL DIARIO DE HOY publica en su sección educativa y que, al pegarse en las paredes de las aulas, sirven para todos los niños de una escuela.
Los alumnos pueden aprender de números viendo precios de artículos en venta y haciendo cálculos de cuantas naranjas se pueden comprar con tal cantidad de dinero...
Hay muy buenos contenidos y sanas posturas cívicas
En las actuales y trágicas circunstancias que atraviesa El Salvador y cuando muchos niños no pueden asistir regularmente a sus escuelas (porque hay amenazas o falta el agua o se derrumbó el techo), con un poco de esfuerzo varios padres de familia pueden, juntos, enseñar disciplinas básicas a sus hijos, comenzando por la lectura.
Los diarios tienen otra ventaja muy grande: sus ilustraciones, siempre a color, hacen de la lectura y de los ejercicios basados en ella una actividad placentera. Y continuamente los niños pueden demostrar lo que ya saben con otros titulares u otras preguntas que les hagan sus padres.
Los diarios, lo que mucho vale para alumnos de un nivel superior, están bien escritos; con su lectura, los jóvenes aprenden ortografía y hay enseñanzas cívicas y morales de primer rango.
Los diarios no incitan al odio, a la discordia entre grupos, al desorden ni dentro ni fuera de hogares y comunidades.
Y por “los diarios” nos referimos a publicaciones de larga trayectoria que cuidan su prestigio y la calidad de sus contenidos, la objetividad de sus informaciones.
Un buen diario se cuida mucho de no tener que rectificar, por lo que consulta diversas fuentes para contrastar versiones. Y cuando alguien rehúsa dar su versión sobre sucesos que le conciernen, es usual que se diga en la noticia.
Los diarios: grandes auxiliares para enseñar a escolares
Los diarios no incitan al odio, a la discordia entre grupos, al desorden ni dentro ni fuera de hogares y comunidades.
28 April 2016