Jugar enseña muchísimo, pero saber leer, más todavía

Es la esperanza de muchos que las disposiciones que suprimen la enseñanza de la lectura en las etapas prekínder se revisen y se reviertan, pues se hace perder a los niños tiempo y aptitudes preciosas y a los padres, recursos muy importantes.

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03 March 2016

A los niños salvadoreños de prekínder y parvularia les han suprimido, según denuncian padres de familia, le enseñanza de la lectura, pues prefieren ponerlos a jugar. Y colegios privados donde antes les enseñaban a leer, dejaron de hacerlo por presión.

Padres de familia que tienen familiares en otros países, desde Estados Unidos hasta Australia, como en Centroamérica, se lamentan de lo que aquí sucede, pues en el futuro los que son ahora niños estarán en desventaja marcada frente a japoneses, costarricenses, franceses, colombianos y de donde sea.

Los primeros años son preciosos, pues es la etapa en que un ser humano es más receptivo, más curioso y tiene un mayor potencial de aptitudes que pueden desarrollarse y fortalecerse. Y como dicen muchos, “a esa edad todos saben dibujar, todos saben cantar, todos saben bailar...”. Más tarde eso se va perdiendo y lo más aflictivo es que dejan de ser curiosos, de explorar su pequeño mundo.

Hasta hace siete años, a los niños en El Salvador les suministraban libros y a las escuelas materiales didácticos. Y en muchos casos, al final de los cursos los libros se recogían y se pasaban a la siguiente hornada. No había desperdicio.

Y para apoyar esa labor, este Diario inició su programa de páginas educativas para pegar en las paredes de las escuelas, con lo cual todos los niños de un centro escolar podían ver mapas, gráficos explicando el funcionamiento del cuerpo humano, órbitas de planetas...

Se dejaron de imprimir los libros y se suprimió con ello el instrumento más importante en la educación: la lectura, lo que viene sustentando la civilización desde que se inventó el alfabeto, la escritura y los libros.

Muchos de nosotros recordamos y algunos los conservan, los libritos de la niñez, desde “Yo sabré leer” hasta los clásicos para los infantes. Y en esa competencia por llegar a leer primero que el resto, o ir con la mayoría, se tomaba parte del tiempo de los juegos para ver ilustraciones, leer pequeños cuentos y soltar la fantasía.

Los diarios son la lectura al alcance de la generalidad

En nuestro El Salvador el analfabetismo estaba en proceso de desaparecer, o llegar a un “analfabetismo funcional” de personas que saben leer pero que no leen, hasta que la tendencia se revirtió al llegar el primer régimen rojo.

Y se ha caído en una grave contradicción: que se suprime la lectura en la pre-primaria al mismo tiempo que se lanzan campañas de alfabetización para adultos, a lo que se agrega otro grave hecho: que fuera de sus diarios, los mejores en Centro-América y de los mejores del Hemisferio, no hay otra cosa que leer. Y los diarios además se pueden leer por más de una persona; el promedio en nuestro país es de alrededor de cinco por ejemplar.

Es la esperanza de muchos que las disposiciones que suprimen la enseñanza de la lectura en las etapas prekínder se revisen y se reviertan, pues se hace perder a los niños tiempo y aptitudes preciosas y a los padres y familias, recursos muy importantes.

Cada lectura de niños, hasta la más elemental, debe ser una ventana a las maravillas de la naturaleza, de las ciudades, de los seres vivos, de las estrellas y del universo. Pues esos son los años en que se suele soñar...