Raúl Castro respondió airadamente a la pregunta de un periodista estadounidense sobre los presos políticos del régimen cubano: no existen, no los hay.
Por falta de preparación del reportero allí habría terminado el asunto, de no ser por la lista de presos políticos que de inmediato divulgaron organizaciones que velan por los derechos humanos y grupos de disidentes de la Isla.
Pero estrictamente hablando, “presos políticos” no son sólo los encarcelados en las mazmorras del régimen, sino todos los cubanos, incluidos figurones y esbirros del castrismo, que tienen a su país como cárcel, no pueden viajar ni dentro ni fuera sin pedir permiso y tener un pasaporte interno, están permanentemente vigilados por agentes de barrio, se les prohíbe reunirse o cambiar de empleo, se exponen a ser castigados si escuchan emisoras externas...
La Isla es un gigantesco campo de concentración, una enorme cárcel donde los presos (los cubanos) están muy limitados y regulados, cada uno viviendo en su mundo microscópico y cada uno forzado a pasar en fila durante horas para conseguir los mendrugos y los harapos que les dispensan.
Si ese día las camisas que se reparten son verdes, se reciben verdes y se visten verdes aunque uno quisiera blancas o celestes. Y gracias a Dios si se recibe a tiempo el par de mudas por año asignadas a “el pueblo”.
Tanto Obama como los periodistas esquivaron las preguntas lógicas que pudieron haberse hecho:
Diga, señor Raúl, ¿con qué coronita nació usted para seguir en el poder después de casi sesenta años de desastre, penurias, censura y petulancia?
O las más lógica: ¿por qué no hay elecciones en Cuba cuando los del régimen hablan de democracia y derechos?
Si ustedes hablan de la no intromisión en los asuntos internos de Cuba ¿por qué el régimen cubano interviene en otros países y continentes?
La faena de destruir y perpetrar matanzas
El régimen, empobrecido a extremos alucinantes como empobrecidos están los cubanos --Haití tiene niveles superiores de vida y creatividad, como cualquiera de las islas/estados del Caribe-- ha sido una especie de Estado Zombie, que no cesa de repetir vacíos eslóganes comunistas.
Los países que caen bajo control de fanáticos, al igual que sectas y grupos dominados por enloquecidos como los de Boko-Haram en África, el ISIS, los talibanes y extremistas de todo color y pelaje, no conocen mejor otro arte que el de aniquilar, destruir, doblegar, esclavizar.
Dinamitar monumentos arqueológicos de inapreciable valor como hicieron los terroristas de ISIS con las ruinas de Palmira, volarse un majestuoso puente o perpetrar una carnicería de personas inocentes es mucho más fácil que crear lo que tenga utilidad o mérito.
O como lo expresó San Josemaría Escrivá de Balaguer, un picapedrero puede derrumbar una catedral que tomó siglos levantar, como hicieron los comunistas con la esplendorosa cultura y bonanza de Cuba, hasta entonces el país más próspero de Hispanoamérica.
Bruselas es la última víctima de esa suerte de demencia, la bella capital europea, punto de encuentro de dos culturas, flamencos y francófonos.
¿Presos políticos en Cuba? Sí, son todos los cubanos
Estrictamente hablando, "presos políticos" no son sólo los encarcelados en las mazmorras del régimen, sino todos los cubanos, que tienen a su país como cárcel.
27 March 2016