La primera mitad del torneo Clausura 2018 se completa hoy para 10 equipos. Solo restará el juego entre Santa Tecla y Alianza que se tuvo que aplazar por los compromisos internacionales de los periquitos ante el Seattle Sounders. De ahí, hoy se juegan cinco partidos de la fecha 11, solo hay descanso para los albos y Firpo porque jugaron la semana pasada.
En esta jornada se marcará el debut de los nuevos entrenadores de Audaz y Sonsonate, solo dos de los seis que fueron despedidos antes de llegar al meridiano del Clausura.
Por el lado de los coyotes del Audaz, uno de los primeros en jugar esta tarde, Carlos Romero es el encargado de tomar las riendas. Misión complicada para el extimonel de Jocoro, ya que encuentra a un cuadro vicentino como sotanero en la tabla acumulada, que es la que más preocupa por ahora, porque en este certamen hay descenso.
En la del torneo en curso también es último, el equipo del que ahora está a cargo Romero solo ha podido ganar una vez, empató otros cuatro duelos y tiene cinco derrotas.
Al estadio Jiboa llega el FAS para poner a prueba la idea del nuevo técnico del benjamín. Los santanecos son de los equipos más regulares en lo que va de la campaña y hoy cuentan con equipo completo al recuperar a jugadores lesionados y otros que pagaban partidos de castigo.
Isidro Metapán, entre tanto, no quiere cerrar la primera vuelta sin regalarle un triunfo a su afición. Hasta hoy han tenido cinco partidos en su campo y han perdido dos y empataron los otros tres, cosa que no tiene nada contento al cuerpo técnico, porque eso no le permite salir del penúltimo puesto.
Sin embargo, el último partido fue como un bálsamo porque vencieron con cartones de 2-3 al Chalatenango en el estadio Gregorio Martínez y eso les permitió salir del último lugar de la tabla.
En el estadio Ana Mercedes Campos también se vivirá un duelo de nuevos entrenadores. Juan Ramón Sánchez fue presentado en los cocoteros del Sonsonate y hoy tiene su primer examen contra un AD Chalatenango que también tiene nuevo coronel, con la llegada de Giovanni Portillo, un viejo conocido, ante la salida de William Renderos Iraheta.