No habrá excepciones en aranceles de acero y aluminio de Estados Unidos

Las medidas que pretende imponer Trump generan animadversión incluso entre empresarios de EE. UU.

descripción de la imagen

Por Agencias

05 March 2018

El gobierno del presidente Donald Trump parece no ceder a las críticas internas y externas contra el anuncio de que impondrá aranceles a las importaciones de acero y aluminio, al afirmar este domingo que el mandatario no prevé conceder exenciones a ningún país de esta enérgica medida.

En declaraciones al programa “State of the Union” de la CNN, el asesor comercial de la Casa Blanca, Peter Navarro, dijo: “Por el momento ningún país está excluido”.

El anuncio de Trump del jueves de que impondrá aranceles de 25 y 10 % a las importaciones de acero y aluminio respectivamente agitó los mercados, irritó a los aliados y aumentó las perspectivas de una guerra comercial.

Aunque la medida estuvo dirigida contra China, también abarcará importaciones considerables procedentes de Canadá, México, Corea del Sur, Japón y la Unión Europea.

El Pentágono ha recomendado que Trump solo aplique los aranceles de manera selectiva para no molestar a los socios de Estados Unidos en el extranjero. Sin embargo, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, dijo el domingo que el presidente no obrará de esa manera. “Se trata de un escobillado bastante amplio”, declaró Ross al programa “This Week” de la ABC. Ross rechazó las amenazas de los aliados de que adoptarán represalias y las describió como “sumamente frívolas”.

Lee también: Trump retó a la Unión Europea y amenazó con más impuestos

Pocos temas podrían borrar las líneas del partidismo en la era de Trump en Washington y el comercio es una de ellas.

Los sindicatos y los demócratas liberales han asumido la postura inusual de aplaudir la posición de Trump, mientras que los republicanos y diversos grupos empresariales advierten de terribles consecuencias económicas y políticas si el mandatario sigue adelante con los aranceles.

Habrá más perjudicados que beneficiados

La decisión de imponer aranceles sobre el acero importado tiene por objeto proteger a una industria que emplea a unos 140,000 estadounidenses, pero al aumentar el precio del acero, esos mismos aranceles perjudican a un grupo mayor de trabajadores estadounidenses: los 6.5 millones que trabajan en industrias que compran acero, desde fabricantes de automóviles o aviones hasta proveedores de materiales de construcción.

Trump promete imponer 25 % de aranceles la próxima semana sobre el acero importado y 10 % sobre el aluminio, alegando que esos productos representan una amenaza para la seguridad nacional de EE. UU.: al crear barreras comerciales al metal importado, los aranceles permitirían a las empresas siderúrgicas estadounidenses aumentar su producción y también los precios ante la falta de una mayor competencia. Sin embargo, esos precios más altos se trasladarán a su vez a las empresas que utilizan esos materiales y, potencialmente, a los consumidores que compran los productos terminados.

Lee además: FMI advierte a EE. UU. que aranceles de Trump dañarán la economía

Algunos economistas advierten que si los consumidores deben pagar más por autos o si los negocios pagan más por equipo pesado, la desaceleración en el gasto podría obstaculizar la economía.

“Los precios más altos para los consumidores podrían llevar a un menor crecimiento económico en Estados Unidos y reducir el empleo en las fábricas”, advirtió Moody’s Investors Service en un informe.

Los aranceles y la perspectiva de que se desencadene un conflicto con los socios comerciales de Estados Unidos ha sacudido a Wall Street: el Dow Jones cayó 420 puntos el jueves y otros 71 puntos el viernes.

El secretario de Comercio, Wilbur Ross, argumentó que los aranceles solo sumarían unos $175 al costo de un auto de $35,000: la mitad del 1 %. -AP