Expertos en Washington estaban en lo correcto cuando recientemente señalaron que las relaciones entre Estados Unidos y El Salvador no están en su mejor momento por una serie de cosas que se han hecho y dicho, las que empezaron tomando resonancia en el contexto del TPS. La semana pasada, el Gobierno de El Salvador recibió dos mensajes contundentes que lo confirman:
El primero del Presidente Trump, que utilizó un lenguaje duro al manifestar en su cuenta de Twitter: “El Salvador solo toma nuestro dinero”. Trump, se quejó de que los pandilleros migran a los Estados Unidos y reclamó que al deportarlos, estos siempre regresan desde El Salvador “como el agua”. Deduce que El Salvador no está ayudando a detener este flujo y que “solo está quitándoles su dinero”.
El segundo, la embajadora de los Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, que realizará una gira por Guatemala y Honduras para abordar el tema de las alianzas entre estas naciones, no visitará El Salvador, que también forma parte del Triángulo Norte, siendo una región estratégica para los intereses de Estados Unidos en el combate al narcotráfico. No se pasó por alto que el anuncio de esta visita se hizo el mismo día que el presidente Donald Trump lanzó su mensaje a El Salvador, por no frenar la expansión de la Mara Salvatrucha.
Ahora vemos las consecuencias de los desplantes hechos a Estados Unidos por el Gobierno salvadoreño, que está en manos del FMLN; desplantes en diferentes foros como la OEA, la ONU y otras instancias, lo cual hoy nos están pasando la factura. El Gobierno de El Salvador se alineó a la órbita venezolana en la OEA, durante todo el año pasado, a pesar de las continuas y persistentes solicitudes de Estados Unidos, Canadá, México y otros países de Centro y Sudamérica, los que intentaban que Venezuela volviera a la senda democrática.
La mayoría de países representados en la OEA quiere que Venezuela suspenda las elecciones programadas para el 22 de abril, las que no se consideran ni libres ni justas. La semana pasada nuevamente en este foro El Salvador se abstuvo de emplazar a Maduro.
Todo indica que, en verdad, ese régimen llamado el “faro de luz” es el que guía la actuación del FMLN y del actual gobierno, que nos lleva de encuentro y al abismo a todos los ciudadanos. Confunden lo que conviene a este Gobierno con lo conveniente al Estado salvadoreño.
Con los hechos inéditos que estamos viendo, la ciudadanía debe cerrar filas para que existan los frenos y contrapesos, fundamentales en una república democrática. Sin duda alguna, el pueblo ya está cansado de ser utilizado con discursos demagógicos y cancioncitas lindas sin sentido.
El 4 de marzo tenemos la oportunidad de empezar a cambiar el rumbo que tiene la Nación, acudiendo a las urnas de forma masiva. No podemos ser indiferentes, tenemos que pronunciarnos. Es un compromiso que tenemos los ciudadanos.
A menudo nos encontramos con personas indiferentes a temas políticos y sociales, pues consideran que es un asunto que debe interesar solamente a los políticos y activistas de los partidos. Se dice que como seres humanos somos susceptibles ante cualquier acción que tienda a frustrar nuestros anhelos y por eso nos volvemos escépticos y por ello casi todas las cosas relacionadas con las responsabilidades ciudadanas se ven con apatía.
Llamo a no ser indiferentes, más cuando es obvio que al FMLN no le preocupa que Estados Unidos suprima la ayuda brindada; pretendiendo generar más pobreza y control poblacional. Esperanzado al petróleo venezolano.
Salgamos en familia a votar este 4 de marzo, temprano y con espíritu patriótico.
Columnista de El Diario de Hoy.
resmahan@hotmail.com