Quieren sentarse a "dialogar" mientras aporrean la economía

ARENA ha señalado la mayor amenaza para la economía: pasadas las elecciones los rojos piensan imponer más impuestos, sin medir tanto las consecuencias que tal cosa acarrearía a los negocios y al empleo

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24 noviembre 2014

El "diálogo" para el Gobierno consiste en montar una mesa, definir agenda, escoger a los participantes, pontificar sobre sus buenas intenciones de llegar "a resultados positivos" y hablar, hablar, hablar sin que se logre nada.

Y mientras prosiguen los actos de fuerza, se maquina para continuar acorralando a los productores y no se hace nada para detener la ola de violencia.

"Diálogo", en el sentido de ponerse a hablar e inclusive discutir en un salón como se está haciendo, es innecesario, pues los problemas que se padecen a nivel sectorial y a nivel de país son expuestos día a día en las páginas de los periódicos, en entrevistas de radio y de televisión, en lo que a ojos vistas sucede en nuestras ciudades y en el territorio. Las fotos que se publican de los terribles congestionamientos, como del estado de las calles, son suficientes para que los responsables de tal caos se aboquen con usuarios y transportistas para acabar con un esquema que ha destruido al Gran San Salvador.

Y lo mismo se puede decir de los pésimos servicios de Salud Pública a causa de la inepcia ministerial, y también de los altos costos de la energía eléctrica (costos originados en la arbitraria fijación de tarifas para recaudar más dinero) y así, uno a uno, de haber buena voluntad ---la que aparentemente no hay---, se irían resolviendo o aminorando los problemas.

Un caso es lo que sucede en las Aduanas y la frontera: los responsables de esa caótica situación no forman un grupo de estudio con los conocedores para ir resolviendo cada obstáculo que se presenta. Y no lo forman porque rehúsan hablar o entenderse con otros que no sean militantes del partido oficial. La gente que no tiene nociones básicas de administración y experiencia en el mundo del trabajo no pasará de dar palos de ciego.

Cada vez estamos más cerca del Estado fallido y la dictadura

Pero el enorme problema es que, a causa de la inepcia, como asimismo de la voracidad, el régimen ---y por régimen se debe entender lo que viene sucediendo desde hace ocho años--- ha llevado a una crisis al país y está sin recursos para invertir en lo necesario y urgente.

Al respecto, ARENA ha señalado la mayor amenaza para la economía: pasadas las elecciones los rojos piensan imponer más impuestos, sin medir tanto las consecuencias que tal cosa acarrearía a los negocios y al empleo, como los efectos negativos que tendrá sobre la recaudación fiscal. Y esos efectos ya se han sentido: en el último ejercicio fiscal y pese a mayores tasas de impuestos, lo recogido fue menor, se estancó.

La lección básica de la ciencia hacendaria no penetra en las mentes de los rojos: que subir impuestos al capricho empobrece tanto a quienes los pagan como a quienes recolectan. Y es por ello que hay países ---Rusia es ejemplo--- que han adoptado una tasa única de alrededor del diecisiete por ciento, para elevar los ingresos.

De no haber una corrección, un reconocimiento de los perjuicios que se están causando a la economía con las políticas que se vienen implantando, El Salvador va directo a un colapso, a convertirse en un Estado fallido, como a una hambruna, que es lo que, invariablemente, sucede cuando en un país se implanta el comunismo o el chavismo…