El Real Madrid y el París Saint-Germain inician este miércoles un duelo de gigantes en octavos de final de la Liga de Campeones, una eliminatoria entre dos firmes candidatos al título, en la que se juega toda su temporada a una carta los de Zinedine Zidane ante un rival con sueños de grandeza.
El Santiago Bernabéu, donde el Real Madrid encadena 17 encuentros invicto en competición europea, acoge el primer capítulo de un enfrentamiento grandioso para el fútbol entre el vigente campeón que encara el reto imposible, ganar tres 'Champions' consecutivas, y un aspirante reforzado a base de talonario con jugadores de la grandeza de Neymar y Kylian Mbappé.
El duelo de equipos, con el deseo del PSG de retomar el testigo del Real Madrid y finalizar su hegemonía en Europa, con todo encaminado a un fin de ciclo si se confirma una temporada sin títulos grandes, se traslada en el césped a pulsos individuales de la grandeza de Cristiano Ronaldo contra Neymar, como mejores jugadores del mundo con permiso de Leo Messi, en el cara a cara entre dos tridentes en momentos dispares.
La BBC (Bale-Benzema-Cristiano) marcó los últimos años con tres conquistas de Liga de Campeones en cuatro ediciones, ante la MCN (Mbappé-Cavani-Neymar) que es el presente y enfoca la competición más grande como su principal reto. El tridente del PSG dobla en goles y espectáculo al madridista. Han marcado 74 tantos por los 38 del ataque del Real Madrid que ha coincidido tan solo en los últimos partidos en los que Cristiano Ronaldo ha recuperado su pegada.
El discurso generalizado en París es que el PSG ha progresado con respecto a las últimas temporadas, que ha ganado en contundencia y en fiabilidad, pero que enfrente hay un rival que, sin atravesar su mejor momento, no se puede menospreciar por la calidad de su plantilla y el peso de su historia.
La gran incógnita es cual será la respuesta del equipo ante un duelo de ese calibre, sabedores de que en el campeonato francés escasean los rivales de esa talla para medir su auténtica valía. El único test comparable esta temporada fue el doble duelo de la fase de grupos contra el Bayern de Múnich, que se saldó sin resultados concluyentes, con una contundente victoria en el Parque de los Príncipes y una derrota en el Allianz.
Tras aquel partido en Alemania, la prensa francesa publicó que los propietarios cataríes del club habían perdido la fe en el entrenador, Unai Emery, que puede quedar definitivamente sentenciado si no elimina al Madrid.
Para ello, el técnico cuenta con su majestuoso tridente, Mbappé-Cavani-Neymar, que a buen seguro pondrá de salida. El exmadridista argentino Ángel di María, el jugador más en forma del equipo en lo que va de 2018, pide paso, pero no parece probable que Emery se exponga a las críticas que supondría tener un mal resultado sin alienar a sus tres estrellas más mediáticas.
La otra gran duda está en el eje del centro del campo, un puesto tradicionalmente reservado al italo-brasileño Thiago Motta, pero que acaba de salir de una larga lesión y no ha entrado en la convocatoria. En ese tiempo, ha sido el joven argentino Giovani Lo Celso el más utilizado por Emery en la posición, pero su falta de experiencia internacional y su perfil más ofensivo pueden restarle opciones en el Bernabeu.
La opción es el veterano Lassana Diarra, que conoce bien al club blanco, donde militó entre 2008 y 2012. Pero el único fichaje parisiense en el mercado invernal llega poco rodado y apenas ha tenido tiempo de adaptarse al equipo.