EE. UU. La ciudad de Philadelphia intenta volver a la normalidad tras una noche de altercados que ensombrecieron las celebraciones por la victoria 41-33 de los Eagles ante los Patriots de Nueva Inglaterra, en el Super Bowl.
A pesar de que el trascendental partido se disputó en el U.S. Bank Stadium de Minesota, los aficionados de “las águilas” no dudaron en tomar las calles de la ciudad para festejar el primer título del equipo tras tres participaciones en la gran final del torneo de la Liga Nacional de Fútbol Americano (NFL).
Miles de aficionados se lanzaron a las calles para iniciar un festejo que terminó con saqueos, varios heridos y apuestas sumamente extrañas, como la de un tipo que probó excremento de caballo como parte de una supuesta apuesta.
La situación se vio agravada por el estado etílico de algunas personas que recibieron cervezas gratis por parte de ciertos negocios, en cumplimiento de la apuesta que había hecho una marca de regalar una lata a cada aficionado que la solicitase durante la noche si conseguían ganar.
No es de extrañar, en consecuencia, que el lunes la ciudad amaneciera con una imagen de cristales rotos, coches y macetas volcadas y contenedores quemados.
A pesar de estos disturbios, la mayoría de las muestras de euforia de los aficionados se llevaron a cabo sin mayores problemas, mientras se abrazaban unos a otros, lloraban y cantaban la canción del equipo “Fly Eagles, Fly”, mientras los fuegos artificiales de medianoche llenaban el cielo nublado.