Discrimina Salud Pública a los fabricantes locales

Dado lo complejo de las cadenas de producción, discriminar la medicina elaborada en este suelo es discriminar a la gente de nuestro país, perjudicar su ingreso, su desarrollo y su futuro

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12 enero 2014

Es de justicia que a todos los que participan en licitaciones, compras, participación o lo que fuera, se les mida con la misma vara, a menos que de antemano se excluya a unos y se prefiera a otros por causas definidas y sensatas.

Pero eso no sucede con las compras de medicinas de Salud Pública, que sistemáticamente prefiere la producción foránea partiendo de calificaciones arbitrarias que ponen en desventaja a los fabricantes salvadoreños, según han denunciado estos.

Como señala la presidenta de Inquifar (la gremial de fabricantes de medicamentos), la señora Carmen Estela Pérez, las reglas las determina el Ministerio y las reglas las cambian cada cierto tiempo sin previo aviso y sin consultar con los afectados. Lo que más objetan es que evalúan asignando puntos, sin que se definan cómo se hacen tales puntuaciones y por qué los fabricantes de otros países (lo adivinaron: Cuba es uno de esos) obtienen invariablemente puntuaciones mayores que las de los salvadoreños, pese a que nuestra industria exporta con éxito al exterior.

Al respecto dice la señora Pérez:

"Nos parece excluyente e injusto que a los laboratorios extranjeros se les otorgue una calificación mayor (de 20 % a 30 %) por cumplir la norma vigente en cada uno de sus países y a los laboratorios salvadoreños se les otorga una calificación menor (10 %) por (lo mismo, que es) cumplir con la norma vigente en nuestro país".

Esto equivale a que en una carrera a un grupo de corredores se les coloque a treinta o cuarenta metros por delante que a otros, lo que es "cargar los dados", poner en desventaja desde el inicio a unos sobre otros, que el réferi no tome en cuenta fallas de un jugador pero no las perdone en el jugador del equipo contrario.

Y en el caso de Cuba la manipulación es más que evidente, pues la Isla exporta muy poco y es conocida por lo retrasado de su industria. No se ven en nuestros mercados productos cubanos de ninguna naturaleza, aunque comiencen a aparecer medicinas diz que fabricadas allá y que nadie garantiza en cuanto a pureza.

Si desprecian al productor es que desprecian a sus trabajadores

En más de una ocasión preguntamos a fabricantes locales si alguna vez un funcionario de Salud Pública de nivel superior les haya visitado, recorrido sus instalaciones y discutido problema con ellos. Pero no lo hacen como no lo hace ningún meritócrata del actual régimen con respecto a actividad alguna; a lo más que se llega es a insultarlos, como el tipejo que dijo que los fabricantes de medicamentos ganaban en El Salvador más que los narcotraficantes, "que había ordenado que se investigara eso a fondo" pero que no volvió a hablar del asunto.

Que las autoridades de Salud desprecien a los fabricantes locales significa que también menosprecian a todos los salvadoreños que laboran en esas empresas, a quienes suministran servicios y materias primas, a los que les dan asistencia diversa… dado lo complejo de las cadenas de producción, discriminar la medicina elaborada en este suelo es discriminar a la gente de nuestro país, perjudicar su ingreso, su desarrollo y su futuro.

Las industrias no surgen espontánea de la tierra ni bajan del firmamento, sino que son el fruto de muchos años de trabajo, de ahorro, de inteligencia, de ganarse clientelas. Son además nuestro orgullo.