Vota por la libertad, vota por tu empleo y tu vida

Al votar piensa en tu empleo y en el sustento de tu familia. Piensa mucho en las promesas hechas que el régimen no cumplió, en los excesos de gasto y en la lujuria de los encumbrados

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30 enero 2014

Llegó la fecha de votar, pero de votar con la cabeza y votar por la democracia y la libertad. En el momento actual los salvadoreños están frente a dos propuestas: la comunista, que arrastra consigo un historial de violencia, dictadura y atropello a los derechos humanos, y la que defiende el progreso, el empleo, la sensatez y la convivencia pacífica.

Hay que votar para defender nuestros puestos de trabajo, defender el derecho a expresarnos, defender la democracia y defender el voto, pues bajo el comunismo las elecciones se convierten en una farsa y los mandatarios se quedan de por vida. Y el ejemplo lo dan no sólo países como Ecuador, Venezuela y Cuba, sino ahora Nicaragua, que cambió su Constitución (y al cambiarla dejó de ser Constitución para transformarse en una licencia para atropellar) para que Ortega se quede de por vida en el poder.

Desde que asumió la presidencia el actual y fracasado mandatario, el país viene presenciando dos posturas: una que tiende la mano al crimen organizado e inclusive justifica las extorsiones, que hace muy poco para defender las comunidades bajo asedio de las pandillas y que viene saqueando instituciones y enriqueciendo a los personajes que forman el actual desgobierno; la otra es la de insultar a los productores y, al hacerlo, amenazar el empleo de millones de salvadoreños, perseguir a los críticos, amordazar a la ciudadanía y endeudarnos al tope.

En los Ochenta los rojos ametrallaban las filas de votantes; en 2014, son las pandillas las que retienen los DUI de los ciudadanos o los amenazan diciéndoles que voten por los rojos, como ha denunciado la oposición.

Al votar piensa en tu empleo y en el sustento de tu familia. Piensa mucho en las promesas hechas que el régimen no cumplió, en los excesos de gasto y lujuria de los encumbrados, en cómo personajes de poca capacidad se transformaron en acaudalados parásitos sociales.

Piensa en el deterioro de los servivios públicos, desde el abastecimiento de agua hasta el gradual desplome de los sistemas de Salud y de Educación. Después de criticar a gobiernos anteriores por deficiencias en el cuidado de enfermos, ahora hay menos medicinas, menor calidad de la atención, muchos de los pacientes duermen en el suelo y los equipos médicos se arruinan por falta de mantenimiento.

Candidatos que se solidarizan

con la narcoguerrilla colombiana

El régimen actual pretende ayudar a las familias repartiendo, en forma limitada y tardía, uniformes y zapatos, eso mientras la mayoría de escuelas se deterioran rápidamente, a la par de que gran número de escuelas está bajo la amenaza de las pandillas, que extorsionan a los maestros y presionan a los alumnos para dejar de estudiar e incorporarse a la corta vida del crimen.

El candidato rojo, que se involucró en secuestros y atrocidades cuando capitaneaba una guerrilla, no vaciló en su momento de internarse en la jungla colombiana para solidarizarse con los narcoterroristas de las FARC. De manera invariable ese candidato pregona su admiración por los regímenes extremistas, regímenes que han empobrecido a sus pueblos y atropellado sus libertades. Es tan pobre su educación que su partido lo mantiene escondido.

Ese candidato tomó el poder de su guerrilla después de la muerte violenta de sus previos líderes, y allí sigue a la cabeza como continúan a la cabeza desde hace muchos años los que capitanean el movimiento comunista; si no hay democracia interna menos la habrá, bajo ellos, democracia pública.