Parálisis de gobierno de EE. UU. afectó a empleados de Washington

Ayer por la tarde, el Senado de EE. UU. aprobó finalmente un proyecto presupuestario para financiar al Gobierno hasta el 8 de febrero próximo.

descripción de la imagen

Por Guadalupe Hernández

23 January 2018

ESTADOS UNIDOS. El cierre parcial de la Administración federal, que se mantuvo desde el sábado pasado, ante la incapacidad del Congreso de alcanzar un acuerdo presupuestario generó una crisis en Washington, porque fueron ciudadanos de esa capital de EE.UU. quienes más la sufrieron.

Ayer por la mañana, los funcionarios federales acudieron a sus puestos de trabajo para conocer si eran considerados “empleados esenciales” y, en caso contrario, entregar sus dispositivos móviles y enviar los correos electrónicos informando sobre la suspensión temporal de las actividades.

De los 3.5 millones de empleados públicos, unos 850,000 se quedaron en casa suspendidos de sueldo hasta que el Congreso alcanzara un acuerdo, un acción que ocurrió hasta ayer por la tarde. No obstante, el acuerdo alcanzado ayer es para financiar al Gobierno hasta el 8 de febrero próximo.

El escenario laboral

Un lugar donde los empleados están sobrerrepresentados es, obviamente, la capital estadounidense. En el área de Washington viven cerca de 360,000 funcionarios públicos y otros 450,000 contratistas federales, lo que supone casi un tercio del total de la fuerza laboral en el área de la capital, que engloba al Distrito de Columbia y parte de Maryland y Virginia, según datos de la Universidad George Mason.

Se calcula que cerca de 117,000 funcionarios se ven afectados por este cierre, con el consiguiente impacto.

“Es difícil encontrar una región económica en el país donde una empresa represente entre el 25 % y el 30 % del PIB local”, explicó Stephen Fuller, economista del Instituto de Investigación sobre el Futuro Económico de la Región de Washington en un reporte.

Las cifras, no obstante, difieren en función de la agencia: el Departamento de Seguridad Nacional considera casi al 90 % de sus 230,000 empleados como esenciales, mientras que en el Departamento de Transporte el porcentaje es algo más del 60 % de sus 55,000 empleados.

Frente a esto, en el de Comercio solo el 13 % de sus 50,000 empleados siguen operativos, y en el de Interior el 24 % de los 75,000 que conforman su plantilla trabajaron.

Será el Congreso el que decidirá si se les paga de manera retroactiva, algo que sí se hizo en el último caso similar, en 2013, pero no cuentan con garantías.

Entonces, la suspensión de operaciones duró 16 días, y supuso 2 billones de dólares en pagos retroactivos para el conjunto de la plantilla federal.

Fuller subrayó que si bien los empleados federales posiblemente recuperen sus salarios, lo cierto es que numerosos negocios que dependen del Gobierno federal no cuentan con esa cobertura, por lo que se verán más afectados.

Este nuevo cierre comenzó el sábado, y durante el fin de semana varias instalaciones federales mostraban carteles en los que explicaban que las puertas permanecerían cerradas por ello.

Los museos de la explanada central de la ciudad, que gestiona la Institución Smithsonian, incluidos los populares del Aire y el Espacio o la Galería Nacional de Arte, anunciaron en un comunicado que contaban con fondos para mantener las operaciones hasta ayer lunes.

El Departamento del Interior se comprometió a mantener tantos parques y lugares públicos abiertos como sea posible, pero el sábado se observó un comportamiento irregular. Algunos parques como los de Yellowstone y Yosemite abrieron con servicios limitados, pero la Estatua de la Libertad en Nueva York y la Campana de la Libertad en Filadelfia estuvieron cerradas. —EFE.