El patrón de periodistas y escritores católicos

San Francisco de Sales se distinguió por su gran capacidad para comunicar la verdad a través de los medios que disponía en su tiempo. Don Bosco se inspiró para elegirlo como patrono principal de la Congregación Salesiana.

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Por Elizabeth Castro

19 January 2018

Cada día, el santoral católico nos señala a uno o varios santos. El 24 de enero se celebra a San Francisco de Sales declarado por la Iglesia “Patrono” de los que se dedican a la noble profesión del periodismo y al oficio de escribir para comunicar la verdad.

Francisco de Sales se distinguió por su gran capacidad para comunicar la verdad a través de los medios que disponía en su tiempo. Doctor en Derecho y en Teología, desestimó aceptar una importante y prometedora carrera como magistrado. En su lugar escogió ordenarse de sacerdote a los 26 años de edad. Los franceses lo tienen como uno de sus clásicos de literatura. Nació en el Castillo de Sales en 1567 en el reino de Saboya situado entre Francia, Italia y Suiza. Sus obras literarias son numerosas, entre las cuales sobresalen la “Introducción a la vida devota, el Tratado del amor de Dios y once volúmenes de cartas”.

En El Salvador existen excelentes periodistas y escritores. Es justo que se les felicite en su día por la noble misión que desempeñan. Las virtudes humanas y cristianas de este santo son puestas como modelo para los comunicadores sociales cuyo fin debe ser transmitir la verdad para edificación de la humanidad. Toda profesión necesita el don de la sabiduría que se antepone a cualquier otro interés. El hecho de estar capacitados para utilizar el lenguaje de los medios les pone en un lugar privilegiado, y como decía Pablo VI: “Nos sentiríamos culpables delante de Dios si no utilizáramos estos poderosos medios para evangelizar”.

El 24 de enero la Familia Salesiana celebra en forma muy especial a San Francisco de Sales, director espiritual y celoso pastor en quien Don Bosco se inspiró para elegirlo como patrono principal de la Congregación Salesiana. Su estilo y carisma han servido como modelo de amabilidad, humanismo optimista e iniciativa pastoral.

Francisco de Sales luchó intensamente para dominar su fuerte carácter. Se le llama el “santo de la dulzura “. En uno de sus libros escribió: “No nos enojemos en el camino unos contra otros; caminemos con nuestros hermanos y compañeros con dulzura, paz y amor; y te lo digo con toda claridad y sin excepción alguna: no te enojes jamás, si es posible; por ningún pretexto des en tu corazón entrada al enojo”. Fue una dulzura no fácil de conseguir. Al morir, en la autopsia le encontraron su hígado endurecido por la enorme violencia que tuvo que hacerse para ser amable, delicado y bondadoso en el trabajo.

Tenía una profunda convicción: “Cree y piensa, que puesto que todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, estamos convocados a ser santos, todos sin excepción”. Dice textualmente: “El príncipe, el noble, el hidalgo, el artesano, el sirviente, la viuda, la soltera, la casada. Todos podemos emprender ese camino”. La amabilidad y la humildad son bases de la santidad. La humildad vuelve dulce al corazón y hace que nos veamos cómo somos ante Dios, nos hace reconocer los errores y pecados. Dice nuestro santo: “Eres un hombre de barro como todos. Levántate dulcemente y no caigas en el desánimo. No te puedes irritar ni amargarte por haber caído. Debes tener dulzura contigo mismo”.

Felicitaciones a periodistas y escritores de los diversos medios de comunicación. Dios proteja, defienda y ampare tan noble misión.

*Sacerdote salesiano