Dijo el pajarito a Maduro: ¡Los militares a cultivar!

En el caso venezolano, la abismal ignorancia y los exabruptos del dictador y de su heredero la están pagando carísimo los venezolanos, aunque no la dorada clase en el poder, muy enriquecida

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15 October 2013

En Venezuela falta de todo en las tiendas: es difícil encontrar legumbres, queso, carne vacuna, huevos… el régimen no logra subsanar las carestías, evitar los apagones, abastecer de artículos de consumo a la población, siendo forzado a importar bienes que un país normal produce sin gran esfuerzo.

El desastre es producto del desgobierno chavista que, a lo largo de nueve años, ha venido ocupando un primer puesto en ocurrencias y desaguisados, seguido muy de cerca por Ecuador con Correa, Argentina con la Kirchner y Bolivia con Evo. La última gran pensada, informan las agencias noticiosos, es ocupar militares para trabajar en la agricultura, creyendo que, en tal forma, se resolverán las crecientes carestías de alimentos.

Eso de meter militares a agricultores, vale el comentario, es una copia de lo que hacía Fidel Castro al inicio de su "revolución", obligando a profesionales, estudiantes, amas de casa, artesanos y aquellos sospechosos de sustentar ideas burguesas, a cortar caña como una manera de domesticarlos y, además, contar con mano de obra gratuita. Con los cortes de caña, supuestamente, las cosechas de azúcar sobrepasarían todos los récord previos.

Pero ya nadie habla de Cuba como una potencia azucarera. Y, lo más grave, perdió para siempre el trato preferencial para exportar azúcar a Estados Unidos, convenio que hizo que Cuba ocupara, antes de los Castro, el noveno lugar en el mundo, en lo económico, para caer a una condición peor que la de Haití hoy en día.

Pero los militares están tan capacitados para faenas agrícolas, como los médicos para trabajar en talleres industriales o las amas de casa en mantenimiento de carreteras. Es por esto que se dice, "zapatero a tus zapatos"; cada profesión y oficio requiere su propio conocimiento.

Las buenas leyes, no la naturaleza,

producen buenas cosechas

Hay agricultura artesanal, a escala familiar que suple las necesidades inmediatas de las familias de labriegos, y agricultura intensiva, con inversión de capital y tecnificada, cuyos excedentes sostienen a la población de un país. Es esta última la que el chavismo ha venido golpeando con ocupaciones de tierras, impuestos, confiscaciones e innumerables actos hostiles, replicando lo que aquí, en El Salvador, se perpetró con la reforma agraria en los Ochenta, con las nefastas consecuencias que la gente entendida conoce.

Mano de obra no especializada, sean militares forzados a trabajar en lo que no es lo suyo o abogados convertidos en pescadores es, por definición, ineficiente, pues al no saber se suma el desgano y el resentimiento. Hay desgaste natural y mal uso de recursos, los costos son más altos de lo normal, es necesario aprender mucho de lo elemental de un oficio, la supervisión es muy costosa… como en todo lo que vienen haciendo los chavistas, no tardarán en estrellarse contra la realidad.

En todo, la ignorancia es muy costosa. Y en el caso venezolano, la abismal ignorancia y los exabruptos del dictador y de su heredero la están pagando carísimo los venezolanos, aunque no la dorada clase en el poder, muy enriquecida.

Hay un proverbio en Economía que no se acata siempre: la fertilidad y lo bonancible de las tierras es más un resultado de buenas leyes que de condiciones naturales. Y las buenas leyes inducen a los más aptos y los más dispuestos a asumir riesgos, a trabajar en la agricultura.