Y entonces afirmó: "Y aquí no puedo dejar de manifestar el dolor y la vergüenza que siento ante el daño irreparable causado a niños por parte de ministros de la Iglesia".
Las palabras del papa fueron recibidas con un aplauso por las cerca 700 personas reunidas en el patio de Los Naranjos.
"Me quiero unir a mis hermanos en el episcopado, ya que es justo pedir perdón y apoyar con todas las fuerzas a las víctimas, al mismo tiempo que hemos de empeñarnos para que no se vuelva a repetir", dijo Francisco aunque no citó la palabra abusos.
Les pido por favor que acompañen con la oración mi viaje a Chile y Perú.
— Papa Francisco (@Pontifex_es) 15 de enero de 2018
La llegada de Francisco ha reavivado el escándalo de los curas pederastas y la organización Bishop Accountability publicó esta semana un listado con 80 sacerdotes, clérigos y una monja acusados de abusos sexuales a menores de edad en el país suramericano.
Además, los laicos de la diócesis de Osorno, en el sur de Chile, piden desde hace meses la destitución del obispo chileno Juan Barros, nombrado por el papa argentino, por sus vinculaciones con el encubrimiento de abusos sexuales del sacerdote Fernando Karadima.
Karadima fue considerado en febrero de 2011 por el Vaticano culpable de cometer abusos sexuales y condenado a una vida de oración y penitencia.
Queman tres iglesias en primer día de visita
Tres iglesias fueron incendiadas en Chile el primer día completo de actividades del papa Francisco a la nación andina.
Las autoridades dicen que dos iglesias fueron quemadas en las primeras horas del martes en la región sur de la Araucanía. El Papa visitará a los indígenas Mapuches el miércoles en Temuco, la capital de Araucanía. La tercera iglesia atacada fue en Puento Alto, al sur de Santiago.
Incluyendo las últimas bombas incendiarias, nueve iglesias han sido atacadas en Chile desde el viernes.
En los últimos años, los Mapuche han incendiado iglesias para reclamar el regreso de las tierras ancestrales y el reconocimiento de su idioma. No está claro quién ha estado detrás de la avalancha de incendios recientes. EFE