El Fonat, una nueva forma de desvalijar a la gente

Si los buropartidistas (burócratas ligados al partido oficial) supieran a fondo de seguros, estarían empleados por las compañías que operan desde hace años en El Salvador. Que los saquen de la nada es la peor señal

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05 mayo 2013

"Conociéndolos" pueden los salvadoreños estar seguros de que el pago del Fonat se irá en salarios para los cofrades, en propaganda, en muebles y transportes, en comidas y viáticos y, algo de lo que quede, para compensar a las víctimas de accidentes de tránsito, que enfrentarán de los más engorrosos trámites para hacer valer sus demandas.

No tarda en difundirse la primera foto de algún encumbrado personaje entregando un cheque a las víctimas de accidentes, las consabidas entrevistas, los espacios en los noticieros… todo para demostrar al país y al mundo que el actual régimen tiene un gran sensiblería social y hace suyo el dolor de las familias.

Pero obviamente una cosa es condolerse de las víctimas de accidentes, en su mayor parte causados por motoristas irresponsables y sin licencia del transporte público (o por buses que hace mucho cumplieron su vida útil) y otra es entender de la industria de seguros, de todo el complejo sistema que ni se improvisa ni menos pueden manosearlo individuos nombrados a dedo.

De ser tan fácil la cosa abundarían empresas de todo tamaño ofreciendo seguros, recogiendo dinero del público y dispensando compensaciones. Pero los estudios y cálculos actuariales que se requieren para establecer primas y precios, el conocimiento necesario para determinar la naturaleza y costo de los daños, sean éstos efecto de un terremoto o de pasarse una luz en rojo, saber diferenciar entre reclamos legítimos y los que no lo son, sólo se logra a través de la experiencia, de trayectorias honestas y de mucho profesionalismo.

Si los buropartidistas (burócratas ligados al partido oficial) supieran a fondo de seguros, estarían empleados por las compañías que operan desde hace años en El Salvador. Que los saquen de la nada es la peor señal..

La gente tendrá que pagar por la chatarra ajena

Muchísimos automovilistas, como lo dijimos en una previa nota, tienen seguros para cubrir daños a terceros, por lo que la ley les hace pagar dos veces con el mismo propósito. Además los ya asegurados se cuidan mucho de no tener percances, pues un mal historial les eleva sensiblemente el costo de la cobertura.

Nada de eso toma en cuenta el Fonat, y no se toma en cuenta porque el esquema no lo considera y no lo considera porque el aparataje se montó por políticos que iban más tras el dinero que por ayudar a las víctimas de siniestros.

Para colmar el vaso del abuso, los automovilistas del país pagarán por los buses chatarra que se retiran de la circulación, costo que debe cargarse a los dueños de esas ruinas ambulantes y no a quienes nada tienen qué ver en ese baile. ¡Vaya regalo que tendrán los conductores salvadoreños en cada cumpleaños!

Lo complejo de la industria de los seguros, que es una página honrosa en la historia financiera del país, se demuestra con el hecho de que las aseguradoras están supervisadas por una Superintendencia, lo que no se menciona en la ley del Fonat. La Superintendencia del Sistema Financiero es la que tiene la obligación de cuidar los intereses del público y estar alerta de que no se hagan cuentas alegres con su dinero.

Dios sabe la clase de maquinaciones que se preparan para caerle encima a bienes ajenos. No hay industria o actividad que pueda considerarse a salvo de depredaciones, de maniobras para saquearlas, de impuestos disfrazados, de cambios en las reglas para coaccionarlas y debilitarlas.