Después de la publicación “El Primer Pesebre”, mi último editorial del año 2017, en donde se mencionaban algunos de los personajes de los Pesebres o Nacimientos, dejando por fuera los famosos Reyes Magos; algunos lectores han preguntado ¿… Y los Reyes Magos?, por este motivo hoy completo este editorial escribiendo acerca de ellos.
Sobre los “Reyes Magos”, “Reyes de Oriente” o los “Tres Sabios”, la Biblia no menciona los nombres, fisionomías ni el sitio exacto de su procedencia por lo que mucho de lo que sabemos de estos Reyes Magos es gracias a la tradición cristiana, sin embargo en los últimos años los hallazgos de la arqueología bíblica nos han presentado nuevos descubrimientos que complementan nuestro conocimiento sobre los famosos personajes.
Conocemos que venían del oriente de la zona de Belén, es decir de Persia o Arabia, lugares en donde a los estudiosos en general y a los que se aplicaban al área de la astronomía, en particular, o a los que ejercían como sacerdotes se les conocía como “Magos”. El atributo de “Reyes” se les otorgó posteriormente pues se asumía en ese entonces, que el poder político debía ser ejercido por los mejor preparados, de acá que se les denominara Reyes Magos.
Los nombres fueron dados por la tradición cristiana y así sabemos que a partir del siglo IX, se legitimaba el nombre con el que actualmente son conocidos: Gaspar de origen probablemente asiático, presenta el “incienso” símbolo de la divinidad de Dios hecho niño; Melchor el anciano de raza Aria, de pelo y barbas canosas ofrece y entrega “oro” como símbolo de la realeza del recién nacido. Baltazar, el personaje proveniente de África por el color negro de su piel, ofrece “mirra” que era utilizada en la preparación de cadáveres y además reconocida como símbolo del sufrimiento al que tendría que enfrentarse al final de su vida humana.
Un dato además muy interesante es que al momento de la presentación ante Jesús Niño quedaban plasmados la juventud de Gaspar, la madurez en Baltazar y la Vejez en Melchor, estas como símbolo de la adoración que a cualquier edad se debe tributar al Dios Vivo. Al mismo tiempo, a los regalos materiales, se les confiere un significado místico-espiritual: El incienso revelaba la esencia de Dios, el oro el ser el Rey de Reyes y la mirra nos recuerda la humanidad y sufrimiento de Jesús.
A pesar que todos tenemos conocimientos sobre los regalos materiales presentados por los Magos al niño Jesús, no es raro que pasemos por alto las ofrendas espirituales, las cuales a simple vista son intangibles pero en el fondo se encuentran llenas de grandes significados: 1. La lealtad incondicional, la cual se muestra cuando Herodes les pide a los Reyes que le muestren el lugar en donde se encuentra el niño pues quería adorarle. No obstante los Magos estaban al tanto que las intenciones verdaderas eran el asesinato del niño. Por ese motivo obviaron dar razón del lugar de nacimiento dando muestras de su Lealtad con el recién nacido. 2. Amor categórico, que no puede medirse con los presentes materiales que se le estaban proporcionando pero que iban más allá, con la entrega de los Magos en cuanto a cuidado, tiempo y la valoración completa del niño como un ser divino especial. 3. Perseverancia constante pues probablemente tomó mucho tiempo, quizá años, el poder encontrar finalmente al Dios a quien ellos habían ido a adorar.
Que este año esté lleno de Bendiciones que nos permitan disfrutar no solamente los bienes materiales sino que podamos concentrarnos en las virtudes espirituales de las cuales los Santos Reyes Magos nos ofrecen tres: Lealtad, Amor y Perseverancia.
* Médico y colaborador
de El Diario de Hoy