Difícil que el propio Maduro crea en el complot contra Capriles

No excluyen asesinatos y matanzas los comunistas, quienes históricamente no han vacilado en sacrificar a millones de personas si con ello se consolidan en el poder.

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20 marzo 2013

El sucesor designado por Chávez, Nicolás Maduro, dijo tener informes confidenciales de un complot estadounidense para asesinar a su contrincante en las venideras elecciones, infundio que fue inmediatamente desmentido tanto por los acusados como por Capriles, el blanco del imaginario ataque.

Se trata, en apariencia, de la vieja táctica roja de "revelar" conjuras que ellos mismos fraguan. En esa manera pueden atentar contra Capriles pero echando la culpa a la derecha venezolana, como sucedió con el asesinato de Chamorro en Nicaragua, la chispa que desencadenó la caída de los Somoza.

Hablando de Chamorro, su viuda, doña Violeta, publicó una exaltada denuncia en La Prensa, el periódico de la familia Chamorro, contra Somoza, cuando quien menos ganaba con ese asesinato era precisamente el régimen de aquel entonces. Somoza decía que su mejor defensa y la mejor prueba de que no era represivo era precisamente la clase de periodismo acusador practicado por Chamorro.

Pero se hizo el escándalo por el crimen, juró doña Violeta no descansar hasta llevar a la justicia a los hechores, se integró a la Junta Sandinista, pasaron unos pocos días y de pronto dejó la viuda de Chamorro de hablar del asunto… fue claro que se dio cuenta de que los Somoza no estaban detrás del atentado, sino los que la rodeaban.

Esta clase de revelaciones "de fuentes muy confiables" se dan con gran frecuencia cuando los comunistas o partidos radicales se sienten amenazados por un personaje político al que quieren eliminar. Ha sucedido en El Salvador como lo deben de recordar muchos de nuestros lectores, al igual que en Chile y también en Argentina. Confundir a la gente, manipular la opinión pública, propagar falsos rumores, lanzar acusaciones falsas es parte del juego propagandístico rojo desde tiempos de Lenín y fue una de las armas de Stalin contra sus rivales, comenzando por Trotsky al que asesinaron en México.

"En río revuelto, ganancia de pescadores…"

Un millón de muertos, más o menos, no les quitan el sueño

La campaña presidencial en Venezuela ha iniciado violenta, pues al carecer Maduro del carisma de Chávez y no haber cimentado su propio liderazgo, no puede darse por seguro que triunfe en las elecciones. A esto se suman las rivalidades dentro del chavismo, una parte del cual pretende continuar sosteniendo al régimen cubano con petróleo, mientras la otra no está comprometida a ello. Por lógica, los servicios de inteligencia y el aparato de espionaje y represivo que los Castro tienen establecido en Venezuela, tienen que jugársela el todo por el todo y una de las cartas es atentar contra Capriles.

No excluyen asesinatos y matanzas los comunistas, quienes históricamente no han vacilado en sacrificar a millones de personas si con ello se consolidan en el poder.

La imposición de la colectivización agraria en Rusia se hizo después de exterminar a millones de pequeños campesinos, los kulaks, a lo que se sumaron las grandes matanzas para cambiar la demografía de regiones enteras y los casi tres cuartos de millón de militantes comunistas que perecieron en las grandes purgas de Moscú entre 1936 y 1939.

No se trata de "un muerto más o un muerto menos" sino de "un millón de muertos más o un millón menos".