"Como el fallo no nos gusta, no vamos a cumplirlo…"

Caer encima de LaGeo condena al país a renunciar a que se potencie y se incremente la explotación de una fuente de energía limpia, casi inagotable y barata

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04 febrero 2013

Perder el crédito es lo peor que puede pasarle a alguien, se trate de su crédito como persona, su crédito en negocios y el crédito, la credibilidad, que merezca de su comunidad y en el trabajo.

Eso es lo que le está sucediendo a El Salvador, que ha dejado de ser un país confiable para irse convirtiendo en una nación que se desmarca del derecho internacional, miente a sus socios, traiciona principios de coexistencia y comienza a verse como un Estado sin principios ni leyes que compaginen con las normas de la comunidad civilizada.

Por la ganancia pasajera, del momento, nuestro país está perdiendo los beneficios que lleva consigo la honorabilidad en el trato con otros. Vamos camino de ser un "rogue state", una guarida en la que se imponen personajes sin moral, un territorio donde el cinismo y la amoralidad han venido desplazando a la gente honesta.

En forma unilateral El Salvador decidió, por arrebatos de patriotería o descaro, desconocer el fallo de un tribunal de arbitraje de categoría mundial favorable al demandante, ENEL. Pero al mostrarse parte y nombrar un árbitro para que le representara, reconocía, de manera explícita, la autoridad y solvencia de esa Corte.

Nadie acude a un tribunal condicionando el cumplimiento de lo que este resuelva sólo si el fallo le es conveniente, porque eso echaría abajo lo esencial de los procedimientos.

La justicia, desde hace milenios como se demuestra con la historia del Rey Salmón, se basa en la imparcialidad de los jueces, de lo sensato y transparente de las leyes y del hecho de que las partes tienen la oportunidad de presentar sus argumentos y defenderse de las acusaciones o los cargos de la contraparte.

Sólo imaginemos que una legislatura aprueba un número de leyes, pero una porción de los pobladores rehúsa acatarlas porque no les gusta o no les conviene. En la correcta aplicación de la justicia hay posibilidad de apelar, pero no de rechazar.

Bajan a El Salvador al nivel de Somalia

El Salvador es firmante de una amplia gama de convenciones jurídicas, tratados internacionales y regionales y acuerdos de toda naturaleza, que lo hacen beneficiario tanto de las garantías que otorgan a sus miembros, como también de las sanciones. Después de firmarlo, no puede decir un país que acepta tal tratado en estos puntos pero lo rechaza en aquellos otros, porque al hacerlo se coloca fuera de lo que es el orden jurídico internacional.

Que Corea del Norte o Somalia se coloquen al margen de la jurisprudencia internacional es una cosa, pero que lo haga un país miembro de organismos hemisféricos y parte del engranaje jurídico del Hemisferio, es otra. De un momento pasamos de estar integrados al sistema a ser parias, los rechazados por el sistema.

Caer encima de LaGeo condena al país a renunciar a que se potencie y se incremente la explotación de una fuente de energía limpia, casi inagotable y barata. Si el actual régimen tiene paralizado un puerto y está empujando al país a la bancarrota, menos tendrá la capacidad ni la solvencia para continuar con éxito, lo que una empresa de rango mundial y la de mayor experiencia y trayectoria en el campo de la geotermia en el mundo, ha hecho.

Pero más grave que quedarnos sin explotar la geotermia eficientemente, es destruir la credibilidad de la nación.