Si comparamos las emisiones de noticias de las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado con los de la actualidad, fácil resulta percibir progresos importantes en las empresas televisoras y paralelamente, el desarrollo de nuevas generaciones de técnicos y comunicadores que en un alto porcentaje destacan en los medios como en otros campos.
La responsabilidad del éxito o fracaso de un programa televisivo de noticias recae invariablemente en el equipo de técnicos y otros profesionales, que, por cierto, nunca vemos, que apoyan al presentador, encargado este último de transmitir el producto final a los televidentes. La tarea naturalmente no es fácil e involucra muchas actividades; no obstante, como en todas las profesiones siempre es posible hacer señalamientos a título de retroalimentación en el proceso de mejoramiento.
Con las excepciones del caso en el medio salvadoreño hay presentadores que consideran que trasladar información al pueblo es sinónimo de hablar rápido como si se tratara de un concurso de quién dice más palabras por minuto. Al expresarse en esa forma los vocablos surgen “Flat”, es decir con la misma tonalidad e intensidad, sin modulaciones de ninguna clase lo que genera monotonía, con frecuencia “Se comen” las letras finales especialmente las s y las n, no se pronuncian en forma completa las palabras o se pronuncian entre dientes y son inaudibles.
Vale citar algunos casos extremos como el de una presentadora que no solo habla a gran velocidad, sino que también falla en el aspecto naturalidad, se mantiene rígida ante las cámaras y da la impresión de una estatua o robot que a excepción de los labios no mueve ningún músculo de la expresión. Otro caso es el de un presentador de noticias deportivas que por expresarse con tanta rapidez con frecuencia se le traba la lengua y los últimos vocablos del segmento los encubre con una mezcla de sonrisa y gesticulación forzada.
Los detalles erráticos afloran con más frecuencia cuando el titular le pasa la palabra a un compañero que introduce de la siguiente forma: “Ahora fulanito o fulanita desde el lugar de los hechos nos presenta la siguiente nota”. En este caso son comunes los yerros siguientes: abuso de frases cajoneras, repetición de lo que se describe, muletillas como la muy común “En lo que es”, ejemplo: “La víctima recibió un impacto de bala en lo que es el tórax”; otra es “Dentro de lo que es”, etc. Uso frecuente de frases trilladas denotando limitaciones de vocabulario, hablar estilo “Ametralladora” y pobre descripción de aspectos técnicos, médicos, etc.
Es comprensible que se exprese incorrectamente la mayoría de personas entrevistadas como algunos rescatistas, motoristas, futbolistas, vigilantes, empleadas domésticas etc. porque ello está en razón a su nivel educativo, pero es imperdonable que un profesional de la comunicación diga, por ejemplo, que fulano jugando futbol falleció de un paro cardiaco, se le acepta al menos que sufrió de muerte súbita de causa por determinar. También es imperdonable que diga que a la fulana le incautaron tres armas cortas, una calibre 22 milímetros, otra calibre 38 milímetros y la tercera 45 milímetros por cuanto los calibres anteriores se refieren a fracción de pulgada.
Si se observan y escuchan con atención algunos programas de noticias en español del extranjero como CNN Español, Televisión Española y de la TV Chilena, para citar algunos, de inmediato se escuchan voces agradables, ni atipladas ni demasiado graves, que modulan y gesticulan con naturalidad, excelente uso del idioma de Cervantes, hay personalidad, prestancia, actitud y aplomo. Destaca la riqueza del léxico, seguramente producto de una amplia cultura general de los comunicadores, además de otros aspectos todavía ausentes en el medio criollo. Por supuesto, en ninguno de los anteriores se recurre al estilo “ametralladora”, tampoco se comen las palabras y hablan entre dientes.
*Colaborador de El Diario de Hoy.