FMLN-GANA aprueban ley pro-usura

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06 octubre 2011

FMLN-GANA aprueban ley pro-usura El crédito más caro es el que no se tiene. El segundo más caro es el del usurero. Los diputados del FMLN y GANA han votado por una ley que encarecerá el crédito. Los diputados de la dupla FMLN-GANA impusieron un límite a la tasa de interés de las tarjetas de crédito, imponiendo un control al precio de los intereses, lo que tendría, si el Presidente Funes no la veta, consecuencias muy adversas para muchos salvadoreños. Quizá no lo midieron los legisladores, como suele suceder cuando no hay análisis técnico. Esta ley margina a las familias de menores ingresos, quienes se quedarían sin tarjeta de crédito, obligándolos a cancelar sus saldos, descapitalizándolas seriamente, o tendrían que recurrir al usurero pagando costos mucho más altos y sin nadie que los proteja pues los usureros funcionan al margen de la ley. Manejarían los ciudadanos y el comercio más efectivo, convirtiéndolos en presas más atractivas para los delincuentes. El fisco recaudaría menos impuestos, el comercio seria seriamente afectado y la economía se estancaría aun mas. Los diputados han ignorado, una vez más, la ?Ley de Consecuencias Imprevistas?. En el siglo diecinueve, el periodista y economista Frederic Bastiat frecuentemente distinguía entre los obvios y visibles efectos de una política y las imprevistas consecuencias de la misma. El escribió: ?La única diferencia entre un mal economista y uno bueno es que el primero se limita a lo visible ; el buen economista toma en consideración tanto el efecto que puede verse y los otros que deben ser previstos?. El supuesto propósito de la ley aprobada es evitar los abusos de parte de los bancos en el manejo de las tarjetas de crédito. Pero los diputados quieren curar la gripe aplicando un laxante al paciente. Los abusos, cuando existen, se corrigen aplicando la ley, en este caso la Ley de Protección al Consumidor. Al aplicar la medida incorrecta, los efectos de esta ley serian muy distintos a los anticipados. Los diputados actuaron desconociendo los costos operativos de una tarjeta de crédito, que incluyen los costos de administración y mercadeo, costo de fondos, costos por mora o falta de pago, y el margen de utilidad. Para un saldo de crédito menor a $1,000, que aplica a más de la mitad de los tarjetahabientes, el costo administrativo es de aproximadamente 18%. En función del perfil de riesgo y de los montos de deuda, la tasa de interés de las tarjetas de crédito en el país oscilan entre el 18% y el 36%, con excepciones en ambos extremos. Irónicamente, entre más bajo es el límite de crédito, mas alto es el interés, porque porcentualmente en relación al monto endeudado, el costo administrativo es más alto. Pero el límite impuesto por los legisladores, ni por cerca, cubre los costos totales de estos créditos. A una tasa de 18%, como la impuesta, en la mayoría de los casos, no sería negocio administrar tarjetas de crédito. Nadie se mete a un negocio para perder dinero. La cancelación de tarjetas implicaría ?otro freno a la economía? ya que la gente reducirá sus compras al no tener su tarjeta y además tendrán que pagar el saldo que adeuden, descapitalizando a la población. Esta medida ahorcara a la clase media. La dupla FMLN-GANA, con su enfoque ideológico y populista, irónicamente, le ha dado un golpe nocivo al bolsillo de la población. En lugar de promover y facilitar la bancarización de los ciudadanos, el acceso al crédito formal y el uso de tarjetas de crédito e instrumentos financieros modernos, el FMLN-GANA con esta ley promueven el uso del efectivo. En lugar de tarjetas de crédito, tanto ciudadanos como comercios manejaran más efectivo, incrementando costos y el riesgo de asaltos. Adicionalmente, se promueve el comercio informal y la menor recaudación fiscal ya que el pago con tarjeta asegura la recaudación de IVA y el pago a cuenta. El FMLN, con los votos de GANA, impone leyes sin escuchar ni consultar y equivocándose. El Presidente Funes tendrá que vetar esta ley para evitar que un límite impuesto a las tasas de interés de las tarjeas de crédito afecte negativamente el acceso al crédito, a los consumidores, el comercio, la economía y el fisco. De no ser así, los supuestos beneficiados serán los más afectados. Miguel Lacayo