El ENADE y la polarización equivocada

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12 febrero 2012

E l problema de El Salvador no es que está demasiado polarizado sino que lo está en la dimensión equivocada.

En vez de estar polarizados entre izquierda y derecha, deberíamos de estarlo entre honrados y ladrones, entre gente honorable y criminales, entre gente democrática y gente partidaria de la tiranía, entre gente que cree en los derechos individuales y gente que ve a los ciudadanos como potenciales esclavos para llenar sus ambiciones de dinero, de poder o de ambos.

La polarización en la dimensión equivocada nos hace débiles en lo que deberíamos ser fuertes.

La izquierda acepta al incompetente, o al corrupto, con tal de que sea de izquierda, y la derecha hace lo mismo si es que viene de la derecha.

Así, la incompetencia y la corrupción se vuelven aceptables para unos y para otros, debilitando la resistencia de la sociedad a estos males sociales.

El celo que ahora se malgasta en el ataque continuo y destructivo entre la izquierda y la derecha se debería de dirigir contra los criminales, los antidemocráticos, los corruptos.

La pregunta que ahora los salvadoreños usan ahora para discriminar si una persona es digna o no de su confianza--¿esta persona es de derecha o de izquierda? -debería ser sustituida por otras, más fundamentales sobre su honradez, capacidad y compromiso con la democracia y los derechos individuales.

Hay gente en la izquierda que cree que si alguien está en la derecha tiene que ser antidemocrático, e igualmente hay gente en la derecha que cree que los que no pueden ser democráticos y respetuosos de los derechos individuales son los de izquierda.

Esto es parte de la grotesca exageración a la que nos ha llevado esta polarización equivocada.

Los de izquierda piensan que todos los de derecha son nazis, y los de derecha piensan que todos los de izquierda son comunistas.

El pensar así es ridículo y pueblerino.

Ciertamente que la Unión Soviética era una tiranía horrible, y la Alemania Nazi también, y Cuba todavía lo es.

Pero el que crea que por ser de izquierda Suecia es una tiranía es un ignorante pueblerino, e igualmente el que crea que porque el gobierno británico actual es de derecha el país se ha convertido en una tiranía nazi es igual de ignorante y pueblerino.

En Europa, como en Estados Unidos y en todos los países desarrollados, la izquierda y la derecha son dos estilos de gobernar dentro de un marco de respeto a los principios democráticos y a los derechos individuales.

Aquí también hay mucha gente tanto en la izquierda como en la derecha que cree en la democracia y los derechos individuales, pero que está tan llena de prejuicios que no puede ver lo común que tiene con el supuesto enemigo ideológico.

Una de las pruebas más claras de que esto es así pudo verse en la reacción contra el infame Decreto 743, que surgió espontáneamente en grupos de izquierda y de derecha, y en la sorpresa que ambos tipos de grupos demostraron al ver que los que ellos suponían aliados con las violaciones de los derechos ciudadanos estaban luchando al mismo tiempo por defender precisamente los derechos ciudadanos.

En ese breve instante, que llevó a una victoria aplastante a las derechas e izquierdas democráticas, todos se dieron cuenta de que en lo importante (la defensa de los derechos ciudadanos) eran una sola voz.

Esta realización debería de ser la base de un nuevo entendimiento que no sea una tregua sino un encuentro verdadero entre gente que en lo fundamental -la democracia y los derechos individuales- quiere lo mismo para el país.

Aliándose así los demócratas de izquierda con los demócratas de derecha podrán tornar su polarización contra los que merecen estar en el otro lado de ella-los corruptos, los cleptócratas, los que quieren imponer tiranías, los incompetentes, los populistas, los vividores que viven de azuzar la polarización en la dimensión que no vale la pena.

Estos son una pequeñísima minoría en nuestro país.

Este cambio de dimensión en la polarización es el camino al desarrollo.

El Encuentro Nacional de la Empresa Privada (ENADE), que se realiza este día, pareciera ser un paso importante en esta dirección.

Agrupa no solo a la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP) como en ocasiones anteriores, sino a varias organizaciones con diversas inclinaciones ideológicas pero todas comprometidas con los ideales de la democracia y los derechos individuales, congregadas para hacer propuestas orientadas a garantizar la institucionalidad democrática y a modernizar y fortalecer el sistema político del país.

El hecho mismo de que estas propuestas se hayan construido es una muestra de que estamos entendiendo que los enemigos son la corrupción, la arbitrariedad y la tiranía, no las diferencias de opinión sobre las políticas económicas y sociales que existen entre gente honesta que está de acuerdo con la democracia y el respeto a los derechos individuales.

Esto es un buen comienzo, pero tenemos que demostrar que no es un entusiasmo de un día que va a ser convertido en un documento a presentarse al gobierno y luego archivarse.

Todas las organizaciones involucradas, y todos nosotros los ciudadanos, tenemos la responsabilidad de que estas ideas se debatan y lleven a una mejora en la institucionalidad del país.

Y de que el proceso de generar ideas entre gentes de diversas ideologías democráticas esté destinado a convertirse en una nueva manera de enfrentar nuestros problemas.

El ENADE y la polarización equivocada