No le disparen al mensajero

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01 November 2013

No le disparen al mensajero Observador Político L os candidatos y sus comandos de campaña suelen molestarse cuando una encuesta arroja resultados que contradicen la posición que ellos creen tener en las preferencias electorales de los votantes. Ante las malas noticias, la reacción instintiva de los políticos es aferrarse a sus percepciones, descalificando las encuestas y cualquier otra información que muestran algo diferente. Algunas veces simplemente repiten el trillado argumento de que la única encuesta verdadera es la del día de la elección; otras veces son más agresivos y atacan al mensajero portador de noticias desagradables, afirmando que la encuesta que no les favorece está amañada o que el medio de comunicación que encarga y publica la encuesta está al servicio de una determinada opción partidaria. Esto es lo que hizo un destacado jurista simpatizante de Tony Saca en una entrevista de TV esta semana, al referirse a la encuesta realizada por la compañía NEWLINK RESEARCH y publicada recientemente en las páginas de EL DIARIO DE HOY.

Tan afectado estaba el ilustre abogado, que objetó, sin conocimiento ni razón, una metodología desarrollada por los mejores expertos del mundo en estudios de opinión, y desacreditó a una empresa que ha hecho por varios años este tipo de encuesta en los Estados Unidos y en varios países latinoamericanos, proyectando en cada caso con asombrosa precisión los resultados electorales. Muy lamentablemente, la táctica de dispararle al mensajero portador de malas noticias es de uso generalizado en círculos políticos y entre ?amigos? y asesores que buscan congraciarse con algún candidato cuya fuerza electoral ha sido puesta en entredicho. Como preámbulo de lo que ocurrirá cuando el triunfador de las elecciones asuma el gobierno, los candidatos normalmente se rodean de colaboradores que entienden la lealtad como negación de verdades incómodas; aduladores o gente que llega a creerse su propio rollo y le dicen al candidato lo que el candidato desea escuchar, es decir, que está muy bien posicionado para ganar las elecciones. Mucho más inteligente y ventajoso sería aceptar, al menos provisionalmente como una situación hipotética, que no les está yendo tan bien como ellos creían; tomar en serio las encuestas, examinar de cerca los datos y utilizarlos para hacer los ajustes necesarios en sus estrategias electorales. Una encuesta independiente puede ser beneficiosa para todos los candidatos, especialmente para aquellos que se van quedando a la zaga. Aunque al hacer cruces de variables aumenta el margen de error porque se analizan subconjuntos de la muestra, siempre es útil tomar esos cruces como pistas para reforzar sus campañas en los segmentos de población que parecen más renuentes a favorecerlos con su voto. En el caso de la encuesta que tanto molestó al abogado, quien más puede aprender y beneficiarse es Tony Saca, cuyas probabilidades de pasar a segunda vuelta se ven, hoy por hoy, muy reducidas. También puede beneficiarse Sánchez Cerén, a quien la encuesta le estaría confirmando que se mantienen las tendencias y que su única oportunidad es ganar en primera vuelta, porque en la segunda es casi seguro que pierde contra cualquier rival. Para beneficio de todos los que quieran leer esa encuesta con mente abierta me permito comentar algunos datos que me han parecido interesantes. En primer lugar, la intención de ir a votar. El compromiso de ir a las urnas tiene una clara correlación positiva con la edad. Sólo 70 % de los jóvenes entre 18 y 25 años afirma estar seguro de ir a votar. El porcentaje crece hasta llegar al grupo de 56 años o más, de los cuales un 86.6 % dice estar ya decidido a votar. Esto significa que son los votantes más jóvenes los que, hoy por hoy, se quedarían en su casa o irían a la playa o harían cualquier otra cosa el día de las elecciones. Ahí tienen todos los candidatos un jugoso botín electoral, si logran entender por qué los jóvenes no creen en ellos. Otro dato interesante es que sólo en el grupo de edad de 18-25 años los encuestados muestran marcada preferencia por el FMLN sobre ARENA. De 26 años en adelante, los votantes se inclinan

en favor de ARENA, tanto más cuanto más avanzada es la edad, al punto que en el grupo de 56 o más años la brecha se amplía hasta 17 puntos porcentuales. La edad no parece ser un factor diferenciador entre los que manifiestan apoyo a la opción Unidad. El grupo de 26-35 es donde Unidad encuentra más adeptos, pero la diferencia no es muy significativa. La distribución de preferencias por clase social también es interesante. ARENA y FMLN cuentan con porcentajes de preferencia prácticamente iguales en las clases baja y alta; mientras que los tricolores parecen más fuertes que sus rivales en los sectores de clase media. La distribución por sexo de las preferencias hacia los candidatos tiende a favorecer a Quijano entre las mujeres y a Tony Saca entre los hombres. Las campañas electorales más exitosas son las que diseñan estrategias diferenciadas para segmentos específicos de votantes, son campañas basadas en información y no en impresiones subjetivas o caprichos. No le prestan ningún buen servicio a su candidato los asesores que retuercen o maquillan la información. Los peores enemigos de un candidato son sus aduladores. Como sabiamente sugiere la Biblia: el que tenga ojos para ver, que vea; el que tenga oídos para oír, que oiga. Por Joaquín Samayoa