La guerra sicológica

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06 febrero 2014

La guerra sicológica

Observador Político L os partidarios del FMLN están haciendo todo lo posible por pintar la cifra electoral lograda por dicho partido en las elecciones del 2 de febrero, el 48.9 por ciento de los votos válidos, como una indicación de que la mitad de la población está a favor de ellos y que la probabilidad de un triunfo de ARENA en una segunda vuelta es prácticamente nula. La idea es que este convencimiento bajará la moral a los de ARENA y los empujará a no hacer el esfuerzo que podrían hacer para ganar en segunda vuelta. Como mucha gente descubrió rápidamente, sin embargo, en términos del electorado la ventaja del FMLN es de sólo cinco puntos, ya que para calcular los porcentajes hay que tomar en cuenta no sólo los que votaron sino los que no votaron. Al hacer este cálculo uno descubre que el FMLN obtuvo sólo el 25 por ciento del electorado, que ARENA sacó el 20 por ciento, UNIDAD del 6 por ciento, y los abstencionistas el 48 por ciento. Es decir, ARENA tiene que sobrepasar sólo el 5 del electorado para superar el voto que sacó el FMLN. Por otro lado, los votos que ganó el FMLN en la primera vuelta no representan una cifra que ha sido imbatible en la historia del país. De hecho, el FMLN ya los ha obtenido. En las elecciones de 2004 corrió Schafik Handal, un candidato radical con cero atractivo para la mayoría moderada del país. Handal perdió la elección con votos que representaban el 25 por ciento del electorado. Ese era el voto duro del partido. Los que puede ganar con sus votos radicales, sin moderados. De hecho, la realización de que no podían pasar de esta cifra si no apelaban a la mayoría moderada del país, y de que por tanto no podían ganar una elección presidencial, fue lo que los llevó a buscar un candidato con imagen de moderación como Mauricio Funes. La imagen de moderación de Funes aumentó el voto del FMLN de su voto duro de 2004 (25 por ciento del electorado) a 32 por ciento en 2009. En 2014 volvieron a correr con un candidato radical, perdieron el apoyo de los moderados, y regresaron otra vez al 25 por ciento, lo que había obtenido Handal. El problema de ARENA fue que de 39 por ciento del electorado que tenía en 2004 en la primera vuelta de 2014 cayó al 20 por ciento. Lo que necesita para ganar al FMLN es 5 por ciento, la cuarta parte de los votos que ha perdido desde 2004. Esto es muy factible. Estos cálculos no le gustan al FMLN porque evidencian su innata debilidad-no pueden pasar de su voto duro, que es sólo la cuarta parte del electorado. El Magistrado Chicas del Tribunal Supremo Electoral ha salido en ayuda del FMLN tratando de reducir el tamaño estadístico del electorado para que la cifra del FMLN se vea mejor. Lo ha hecho restando del electorado varios grupos que realmente pertenecen a éste-como los que tienen el DUI vencido, que son clásicos abstencionistas, o los que viven en el extranjero. Esto reduciría el electorado de casi 5 millones a 4.3 millones. Así, los votos válidos como porcentaje del electorado subirían de cerca del 52 ó 53 por ciento de los electores a 63 por ciento, similar a los que se abstuvieron en 2004 y 2009 (68 por ciento). Pero hay dos razones por las cuales los cálculos del Magistrado Chicas están errados. Uno, no es válido quitar esos grupos que son parte del electorado. Segundo, si iba a hacer este ajuste, debía haberlo hecho para todos los años. Si este ajuste se hiciera parejo, las cifras mostrarían otra vez que el porcentaje de votantes cayó de esos años a 2014, que los votos del FMLN no pasan de su voto duro y que ARENA ha tenido porcentajes mucho más altos que los que necesita para ganar en segunda vuelta. No se deje ganar por la guerra sicológica. La segunda vuelta se puede ganar y se ganará.

Por Manuel Hinds