El abismo

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11 febrero 2014

El abismo

Observador Político P eor que cualquiera de los atávicos regímenes de principios del siglo XX, el gobierno está manipulando las instituciones estatales para desbancar a ARENA y afianzarse permanentemente en el poder.

Pero la realidad está actuando contra esos propósitos.

Mientras los líderes del FMLN ofrecen grandes riquezas si la gente vota por ellos, la fuente de su repentina riqueza, Venezuela, que se está despeñando en un abismo económico y social sin precedentes en la América continental, ofrece la evidencia de lo retorcidamente equivocadas que son sus ideas.

Al ver lo que está pasando en Venezuela uno siente el vértigo de darse cuenta de que los horrores que está imponiendo el gobierno venezolano sobre sus ciudadanos no sólo se deben a deformaciones ideológicas sino a los niveles inescrutablemente profundos de ignorancia que permean todas las decisiones de sus líderes.

En una muestra de lo desastrosas que son las políticas económicas de los ideólogos del Socialismo del Siglo XXI, las fábricas de automóviles que funcionaban en Venezuela han dejado de producir o ya anunciaron que van a dejar de hacerlo.

La última fue Toyota, que en enero ya sólo produjo el 16 por ciento de lo que producía hace un año.

¿La razón?

No tienen dólares para importar las piezas que necesitan para armar los carros.

Cuando el gobierno se los vende lo hace con enormes obstáculos burocráticos, los fuerza a pagar precios muy altos por esos dólares (la tasa oficial de cambio es de 6.30 bolívares por dólar, pero en le mercado negro están en 70) y luego les pone controles de precios por debajo de los costos a los carros producidos, y amenaza con expropiación y cárcel si se pasan de esos precios.

Toyota y General Motors no son los únicos que tienen este problema, por supuesto.

Toda la industria, la agricultura, las actividades productivas en general están al borde del cierre por las mismas razones: la falta de dólares.

Como muestra de su increíble ignorancia y de su candor al desnudarla, Nicolás Maduro declaró anteayer, refiriéndose a la crisis de falta de dólares en toda la economía: ?Entran en una desesperación incomprensible.

No entendemos por qué sólo quieren dólares.?

Esta cándida declaración muestra que Maduro cree que con mandar a hacer más bolívares se va a corregir el problema porque cree que los dólares y los bolívares son lo mismo, de tal forma que los suplidores internacionales de los componentes importados de toda la producción venezolana aceptarían que les paguen en bolívares.

Lo que Maduro no entiende es que eso no es así porque nadie, nadie que no se vea forzado a aceptar pagos en bolívares por vivir en Venezuela los va a aceptar en ninguna parte.

Tampoco entiende que por esa razón para que el Banco Central pueda imprimir pesos es necesario que tenga dólares.

¿Por qué?

Porque prácticamente todo lo que se compra y se vende, se consume y se invierte en cualquier economía tiene un componente importado.

En Venezuela este componente representa cerca del 25 por ciento de la producción total del país.

Cuando usted vende un ipad, casi el ciento por ciento es importado.

Cuando vende una casa, dependiendo de lo que contengan sus materiales, un porcentaje también alto es importado.

Aunque lo que usted venda frijoles, también un porcentaje es importado (los camiones en los que se transporta, el combustible que usan, las materias primas de los químicos usados por los agricultores,

etc.).

Como todo lo importado se paga con dólares, eso quiere decir que los dólares de reservas que tiene el Banco Central le ponen un límite a los bolívares o pesos o colones que usted quisiera imprimir.

Y mientras más bolívares imprima, más se van a devaluar, porque la gente ofrecerá más bolívares por los escasos dólares que habrá en la economía.

De esta forma, mientras más bolívares imprima Maduro, más dólares querrá comprar la gente, más se devaluará el bolívar, más dólares querrá comprar la gente, habrá menos dólares en el mercado?y así, en un círculo vicioso.

Por supuesto, mientras más se devalúa la moneda, más alta será la inflación, y más alta será la pobreza-porque los que sufren más de las devaluaciones y la inflación son la clase media y los pobres.

Venezuela se encamina rápidamente a un colapso sin precedentes.

Mucha gente no se da cuenta de que nosotros podemos ir hacia ese destino.

Hasta ahora lo que nos ha salvado de la irresponsabilidad de los gobiernos del FMLN es la dolarización.

Si se restableciera el colón, el gobierno le quitaría los dólares a la gente y se los gastaría en mil cosas, hasta que ya no quedara nada para pagar las importaciones-que es lo que pasó en Venezuela. Los del FMLN no odian el dólar.

Realmente los aman.

Lo que odian es que los tengan los ciudadanos y no su gobierno para desbaratarlos como los ha desbaratado Venezuela.

Por Manuel Hinds