El despertar de la izquierda

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20 mayo 2014

Manuel Hinds

El despertar de la izquierda La izquierda parece estar despertando en la América Latina, pero no como muchos quisieran entender esta expresión (como la toma del poder en toda la región).

El despertar es que, estando en el poder ya en varios países y desde hace varios años, han pasado de ser los que tiraban las piedras a ser los que las reciben.

Y las están recibiendo a montones y no de partidos de oposición sino de la sociedad civil, que por muchos años los apoyó.

Es el final de la ilusión que los líderes de izquierda y sus seguidores tuvieron por varias décadas de que si llegaban al gobierno todo sería tan fácil como había sido criticar a los gobiernos anteriores y hacer promesas de grandes cambios.

En América Latina el sueño duró después de que llegaron al poder en varios países que dependen de los productos primarios-como Argentina, Brasil y Venezuela-debido a que estos productos entraron en un boom internacional durante la mayor parte de la década pasada, generando un boom de las economías domésticas que dio la impresión de un alto crecimiento en todos estos países.

La caída del PIB Ahora que las altas tasas de crecimiento se están acabando hay varias cosas que se están descubriendo.

La primera es que el alto crecimiento de la década habían sido puramente el resultado de los booms de los precios de los productos primarios.

Al bajar los precios de dichos productos, las economías de estos países entraron en crisis.

El crecimiento era artificial y temporal.

Como se ve en la gráfica adjunta, en lo que va del año el Producto Interno Bruto (PIB) por persona de Argentina está cayendo casi en un 20 por ciento medido en dólares; el de Brasil a un 2 por ciento después de haber caído 1 y 10 por ciento en 2012 y 2013; el de Venezuela está cayendo al 10 por ciento después de caer 4 por ciento en 2013 (datos del World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional).

Al caer el PIB por persona medido en dólares, la capacidad adquisitiva doméstica de la población se disminuye, el pago de la deuda se vuelve más difícil porque la mayor parte está en dólares.

Igual, es más difícil la importación de bienes esenciales.

? FUENTE: World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional La intolerancia por las tiranías La segunda cosa que se volvió evidente es que la fórmula de Fidel Castro, protestar contra las tiranías cuando estaba no estaba en el poder para convertirse en una tiranía peor y más larga que lo que había habido en Latinoamérica, no parece que va a ser aceptada en el resto de la región como lo fue en Cuba.

La idea de que la represión y la tortura son malas cuando son hechas por la derecha pero sanas y buenas cuando son hechas por la izquierda no ha despertado ningún entusiasmo en Venezuela, en donde son continuas las protestas populares contra la tiranía y contra el desastre económico que los chavistas han creado.

La gente quiere mejores servicios públicos Una tercera lección es que a la larga la gente olvida las dádivas, el asistencialismo que no deja nada, y exige realidades concretas en la entrega de servicios de salud y educación.

Como en El Salvador, en todos los países que están siendo gobernados por la izquierda los gobiernos pensaron que la política social era pasar subsidios a la población-subsidios que son como el opio, hacen sentir a la gente bien por un tiempo, pero luego la hace sentirse engañada al ver que su futuro no cambia.

Hoy, la gente ha despertado de esas dosis de opio y exige eficacia en los servicios públicos.

Quiere cosas que queden, que cambien el destino de la gente.

Esta ha sido la fuente de las protestas que se han extendido a Brasil, en donde se ha vuelto evidente que la fórmula Circo y Circo, versión latinoamericana de la fórmula romana de Pan y Circo, está dejando de ser efectiva en la región.

Cuando el presidente Lula consiguió que el Mundial de Fútbol fuera en Brasil pareció que era una idea genial, juzgada en términos de la actitud histórica de los brasileños hacia el fútbol.

Pero ahora el campeonato se ha convertido en el símbolo del gigantesco desperdicio de recursos que ha imperado en los dos gobiernos de Lula y en el actual.

Las demostraciones populares en contra de ese desperdicio, de ese circo en un país pobre, explotaron en junio de 2013.

Más preocupantemente para el desarrollo del Mundial, han vuelto a explotar en estas semanas, con huelgas y demostraciones en Sao Paulo, Brasilia, Porto Alegre, Belo Horizonte, Manaos y Rio y saqueos en Recife.

Los manifestantes dijeron que no quieren más paja izquierdista, no quieren más circo, sino hospitales, salud, y escuelas.

Esa es la nueva clase media latinoamericana hablando.

La nueva realidad En las protestas del año pasado, la presidente Djilma Rousseff despertó a esta nueva realidad y se manifestó muy sorprendida, diciendo que siempre habían sido ellos, los de la izquierda, los que habían protestado, y que ahora eran ellos los que estaban en el palacio rodeados de protestas.

?Debemos meditar sobre esto?, dijo la presidente.

El presidente electo, Salvador Sánchez Cerén, y sus funcionarios deben meditar sobre esto también.

No pueden seguir hablando de grandes revoluciones si no pueden brindar educación, salud, seguridad y transporte decente al pueblo después de que el FMLN ha estado cinco años en el poder-años en los que, en vez de mejorar, todos estos servicios empeoraron.

La izquierda debe despertar a que la gente no es tonta y eventualmente les exigirá que entreguen lo que los que pagan impuestos se merecen: servicios públicos excelentes, en vez de la combinación de agitación populista continua y pésimos servicios que ha entregado el presente gobierno.