Ideología e incompetencia
Observador Político H ay dos palabras que compiten para describir más exactamente lo que domina al FMLN en estos primeros meses de su nuevo gobierno: una es ?estupefacción? y la otra es ?parálisis?.
La primera describe la desorientación que está dominando al partido al darse cuenta de que la realidad está mostrándose totalmente diferente a lo que sus líderes habían pensado que iba a ser.
Habían pensado que todo lo tenían resuelto: ALBA les iba a dar todo el dinero del mundo para ganar todas las elecciones futuras y luego Petrocaribe todo el necesario para pagar por todas las obras que quisieran hacer en el gobierno; aunque ALBA ya no recibiría el dinero que iría a Petrocaribe, las enormes cantidades asignadas a ALBA en los años anteriores, invertidas en muchas empresas capitalistas, daría enormes ganancias que serían las que financiarían las siguientes campañas y aseguraría el triunfo económico de las élites del partido; y con todo ese dinero para las élites, el partido y el gobierno, sería facilísimo hacer mil cosas que los iban a perpetuar en el poder.
Una a una se han ido cayendo todas estas suposiciones.
Primero, se están dando cuenta de que manejar empresas no es lo fácil que habían pensado.
En su ideología, ellos habían pensado que los capitalistas y gerentes son puros parásitos que viven de extraerles recursos a los únicos que crean valor: los trabajadores manuales.
Desde esa perspectiva, ellos pensaban que manejar empresas era tan fácil que cualquiera podía hacerlo.
Ahora todo indica que ALBA está perdiendo dinero a manos llenas en todos los negocios en los que se metió y que está teniendo dificultades en pagar la deuda que tiene con los venezolanos.
Igual pensaban que manejar el gobierno era bien fácil-que si había pobreza era porque el gobierno quería que la hubiera, que si la economía no crecía era porque alguien no dejaba que creciera, que era fácil que funcionaran bien los hospitales y las escuelas.
Ahora se han dado cuenta de que ni siquiera pueden manejar la construcción de unas calles y unas estaciones de buses en el Sitrams, que una vez terminado demostrará ser un fracaso que habrá que demoler-ya ni hablemos del descubrimiento que están haciendo de que no tienen la capacidad para manejar la seguridad, la salud, la educación, el transporte, la economía y las miles de tareas complicadas y no complicadas que requiere un gobierno.
Ellos, que pensaron que las leyes de la historia estaban de su lado, que el fanatismo y no el conocimiento era lo que aseguraba el triunfo, que la ignorancia en los líderes era una ventaja porque demostraba la autenticidad popular, y que de todos modos no era necesario prepararse porque según Marx las leyes de la historia les aseguraba el triunfo total y completo, y no dudaban que las masas estarían siempre de su lado?de pronto se dan cuenta de que nada de esto es así. Que todas estas cosas hayan pasado los han dejado estupefactos, y esa estupefacción los ha llevado a la parálisis.
No saben qué hacer.
Y eso está llevando al país a una enorme vulnerabilidad.
Si viene el dengue, no hacen nada, y el virus se expande por el país sin oposición.
Si se acaban las medicinas, se acabaron.
Si las escuelas no tienen como funcionar, entonces no funcionan.
Y, en medio de todo esto, descubren que sus grandes ídolos, los que ellos pensaron que los iban a sacar de cualquier problema, los socialistas del siglo XXI, tenían pies de barro y se están desmoronando vergonzosa y catastróficamente a pesar de tener enormes ingresos por el petróleo y ya no tienen plata para financiarlos y mantenerlos en la riqueza.
En sí mismos, estos problemas no serían fuente de preocupación si los del FMLN estuvieran seguros de poder controlar el país a la cubana.
La preocupación viene de que, por estos problemas, no logren llegar a establecer los controles a la cubana, y pierdan el poder democráticamente antes de poder ellos destruir la democracia.
Esta es la carrera en la que está el FMLN en este momento.
Paradójicamente, para destruir la democracia, tienen todavía que pretender defenderla para ganar votos moderados en las elecciones de 2015.
La estrategia es vestirse de ovejas en lo que falta para Febrero.
El problema es que sólo pueden vestirse de ovejas incompetentes, y la incompetencia (no sólo la intención de convertirnos en una Cuba) también los llevará a la propia destrucción.
Por Manuel Hinds