Observador Político E Por Manuel Hinds El costo de no cambiar l FMLN lleva de candidatos para diputados a los miembros de la plana mayor de su partido, que es la misma que ha tenido desde antes de la guerra, que jamás ha evolucionado y que piensa igual que lo que pensaba hace cuarenta años, como si el mundo y el país no se hubieran movido. Esto lo está haciendo en un país que ha demostrado que no está satisfecho con los partidos políticos y que quiere una renovación que lleve nuevas ideas y nuevas personas al poder. Pero, para descontar esta desventaja, el FMLN lleva de candidato a alcalde de San Salvador a una persona joven, que tiene una imagen de empresario (y que por tanto en la sicología popular no es extremista) y que se plantea como una nueva solución integradora de tendencias de izquierda y derecha no sólo en estas elecciones sino para el futuro. En la percepción popular el llevar a este candidato a uno de los puestos más emblemáticos del país está orientado a posicionar al FMLN como una fuerza moderna, joven, a pesar de que en sus entrañas lleva a las fuerzas más viejas y arcaicas que existen en el país para entronarlos en los puestos claves de la Asamblea Legislativa. Por el otro lado, ARENA, que ha llevado a cabo una auténtica renovación de sus procesos para asignar candidaturas a diputados, y que como consecuencia lleva muchas caras nuevas y prometedoras a la Asamblea, parece estar orientada a tapar todo esto con una fachada de que todo sigue siendo lo mismo al llevar de candidato a alcalde de San Salvador a Norman Quijano. Todos reconocen que Quijano ha cometido errores costosísimos como insinuar en la noche del conteo de los votos de la segunda vuelta que los militares tendrían un papel que jugar si el Tribunal Supremo Electoral no lo declaraba ganador a él-un llamado a un pasado ya lejano que nadie en el país quiere ver de regreso y con el que ARENA no debería de querer asociarse si quiere ser visto como una fuerza moderna y de cambio. Pero los que lo apoyan ofrecen varios argumentos. Uno es que Quijano no perdió realmente frente a Sánchez Cerén, y que si lo hizo fue por bien poquito. Este argumento no tiene peso. El sacar casi los mismos votos que el peor candidato que el FMLN ha presentado desde que existe, después de haber manejado por cinco años el peor gobierno de la historia del país es equivalente a perder catastróficamente. Un segundo argumento es que Quijano tiene un apoyo sólido en las comunidades. Eso nos hace recordar que al inicio de su candidatura para presidente las encuestas decían que tenía un 70 por ciento de apoyo. Pero el hecho que perdió después de haber comenzado con una ventaja tan grande muestra la debilidad de Quijano como candidato. Escribiendo esto, recuerdo las expresiones escandalizadas cuando, analizando la acelerada tendencia de Quijano a perder la enorme ventaja que inicialmente tenía, escribí un artículo en Abril de 2013 (entre muchos) en el que decía, textualmente, ?Es claro que la elección de segunda vuelta sería cerradísima, con ventaja para Sánchez?. A pesar de lo que se escandalizaron, eso fue lo que pasó. No hay ventaja que un mal candidato no pueda perder. Un tercer argumento es muy insidioso: que el FMLN ha puesto de candidato al joven porque sabe que va a perder. ¿Se acuerdan de cuando decían que el FMLN había puesto a Sánchez Cerén porque quería perder?. Un cuarto argumento es que pueden darse clases a Quijano para que se exprese mejor, para que de una impresión más sólida y positiva, para que imprima el entusiasmo que no imprime en el electorado, para que parezca más joven, etc., etc. Pero estas razones no suenan a argumentos sino a justificaciones para llevar a Quijano de candidato contra viento y marea-suenan a ?no es tan malo?, lo cual es incongruente con la importancia del cargo por el que competiría para la política del país. Esta impresión se refuerza porque el partido no ha puesto la candidatura de alcalde de San Salvador a la misma competencia que abrió para los diputados. Si procede así, ARENA estaría dejando al FMLN el campo abierto para que se arrogue la imagen de ser el partido que lleva a los moderados y a los jóvenes con nuevas ideas que el pueblo está demandando, y le daría ventaja en una lucha que es mucho más amplia que la que se dará por la alcaldía de San Salvador-la lucha por las mentes y corazones del electorado en la que se definirá qué país tendremos en cinco o diez años. El pueblo va a votar por el futuro, no por el pasado. Y en ese terreno, el ofrecer un sueño, ARENA estaría cediendo el terreno al FMLN al poner a Norman Quijano de candidato. No es que pueda asumirse que el candidato del FMLN sea realmente moderado o que tenga nuevas ideas o que pueda ser un buen alcalde. Pero es que ya van varias elecciones en las que el FMLN gana proyectando esta imagen aunque no esté sustentada en la realidad. Si ARENA se deja arrinconar como el partido que no cambia, como el partido que no tiene más gente que Norman Quijano para manejar San Salvador o que no quiere que ningún otro de ARENA pueda competir con él para hacerlo, y como un partido que no responde a lo que quiere la ciudadanía sino a decisiones arbitrarias de una cúpula que por alguna razón inexplicable está ligada a Norman Quijano (y no a todos los que forman parte de su partido y su electorado), el centro político de este país va a perder mucho más que la alcaldía de San Salvador. Sin duda que las debilidades de Quijano como candidato son muy serias. Pero el principal problema para ARENA sería que en el proceso para elegir al candidato no haya competidores y no haya transparencia en la competencia. Procediendo así en la determinación de los candidatos es que ARENA ha ido cayendo en todos estos años. Tuvo 40 por ciento del electorado en 2004, 30 por ciento en 2009, y 20 por ciento en la primera vuelta del 2014. El 20 por ciento que perdió en la década se fue, no a votar por el FMLN, sino a no votar. Algunos de estos electores regresaron a votar por ARENA en la segunda vuelta. No van a regresar en el 2015 y después si ven que ARENA no ha cambiado, y que sólo los llaman para asegurar el triunfo de más de lo mismo. Es trágico que ARENA le regale los triunfos al FMLN, triunfos que éste no se merece.
El costo de no cambiar
24 septiembre 2014