Las reservas otra vez

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27 April 2015

Las reservas otra vez La noticia de que el Banco Central vendió en marzo el 80 por ciento de las reservas en oro ha causado un enorme trauma en la sociedad salvadoreña.

La gente tiene la idea de que eso significa dos cosas: una, que el país está vendiendo su última fuente de reservas contra los malos tiempos, el equivalente de las joyas de la corona, y la otra, que ese dinero se lo van a gastar en otra cosa.

El trauma, sin embargo, no se justifica porque ninguna de las dos cosas son ciertas.

El dinero de las reservas no se lo puede gastar el gobierno porque no le pertenece.

Es de los depositantes del sistema bancario.

Este sistema deposita en el Banco Central una parte de los depósitos que recibe del público y el Banco Central invierte esos dineros en distintos tipos de activos en el extranjero, con la condición de que tienen que ser muy seguros para que no se pierda el dinero de los depositantes.

Es decir, las reservas aumentan cuando aumentan los depósitos en el sistema bancario, y disminuyen cuando estos depósitos disminuyen.

Como en nuestra economía dolarizada el gobierno no puede hacer que el Banco Central le dé dinero, el gobierno no puede tomar las reservas y gastárselas.

Son de los depositantes (el Banco Central tiene unos reservas a su nombre, pero son muy pequeñas y tampoco pueden ser apropiadas por el gobierno).

Uno de los activos en los que el Banco Central invierte estos dineros ha sido tradicionalmente el oro.

Otros activos incluyen bonos de corto plazo emitidos en monedas duras por los gobiernos de los países más desarrollados del mundo.

Los bancos centrales cambian continuamente la composición de los activos en los que invierten las reservas para asegurar mayor rentabilidad sin comprometer seguridad.

Como se ve en la gráfica 1, las reservas invertidas en oro (la línea roja) han sido un porcentaje bien bajo de las reservas totales del Banco Central (la línea azul).

En esa gráfica se ve que el valor en dólares de las reservas de oro suben y bajan.

Estas variaciones, sin embargo, no se deben a compras y ventas de oro sino a fluctuaciones en su precio.

Por muchas décadas, el Banco Central no ha comprado oro con las reservas sino bonos emitidos por gobiernos de países desarrollados, con lo que, como se ve en la gráfica 2, las reservas en oro (medidas no en dinero sino en onzas troy, que son iguales a 31 gramos aproximadamente) casi no ha variado en cincuenta y cinco años. Note como se vendieron como 365,000 onzas troy en los primeros sesentas, y no fue sino hasta 2004 que se volvió a vender una cantidad significativa (cerca de 300,000 onzas troy).

Luego se hizo la venta de marzo de 2015 de cerca de 180,000 onzas.

En resumen, lo que hay hecho el Banco Central no es sin precedentes, lo hacen los bancos centrales todos los días, y lo que le pagaron por el oro no lo puede gastar el gobierno porque es de los depositantes del sistema bancario.

La única diferencia es que ahora ese pequeño porcentaje del dinero de los depositantes que estaba invertido en oro ahora estará invertido en bonos de países desarrollados.

¿Estuvo bien tomada la decisión?

Vea usted los datos en la gráfica 3.

La gráfica muestra el comportamiento de los precios del oro desde 1960, medido de dos maneras: corrientes, que son los precios que usted corrientemente ve en los mercados, y los precios reales, que son esos precios descontados por la inflación para que puedan compararse los dólares de hace cincuenta años con los de ahora. La gráfica también muestra con una línea gruesa negra el promedio de los precios reales del oro en los últimos cincuenta y cinco años, que es 654 dólares de 2010 por onza troy.

El precio de marzo era de 1,088 de esos dólares, o 1,179 dólares corrientes.

Es decir, el Banco Central vendió a cerca de 400 dólares por arriba de lo que ha sido el promedio de 55 años.

Más aun, los precios no solo están altos sino también están cayendo al igual que están cayendo todos los metales y todos los productos primarios, de los cuales el oro es parte.

Si las tasas de interés suben en todo el mundo, como están subiendo, el precio del oro va a caer más.

Por supuesto, puede pasar lo que pasó cuando el Banco Central decidió vender el oro en 2004-05.

En vez de bajar, el oro subió en un boom extraordinario, multiplicando su precio tres veces.

Pero nadie sabía en ese momento que eso iba a pasar.

Pero es improbable que eso pase. Como lo dije en mi articulo de ayer, creo que fue buena decisión vender.

En vez de preocuparse por esto, la gente debería de hacerlo por los mil millones de dólares que aprobó la Asamblea la semana pasada, que es dinero que el gobierno sí va a derrochar y que va a aumentar la ya pesada carga de la deuda que tiene el pueblo salvadoreño.

NOTA: Todos los cuadros están basados en datos de International Financial Statistics del Fondo Monetario Internacional.

Por Manuel Hinds