Se ha puesto a pensar por qué hay salvadoreños que todavía votan por el FMLN? El FMLN ha presidido los gobiernos más incompetentes de la historia, ha atacado los principios fundamentales de la democracia y ha usado los fondos del gobierno para formar una red de clientelismo enorme, dejando por fuera las necesidades del pueblo. Mientras la economía se hunde, la seguridad se empeora y los servicios públicos caen a sus niveles más bajos en muchas décadas, los jerarcas del FMLN están cada vez mejor, demostrando cuáles han sido sus verdaderos propósitos desde que desataron la guerra civil: conseguir el poder para servirse de él, no servir al pueblo. Aunque ahora hay muchos que dicen que la guerra fue para lograr la democracia, siempre estuvieron en el campo de Fidel Castro y siempre hablaron de la dictadura del proletariado, que era la eliminación total de la democracia. Por supuesto, tuvieron que aceptar la democracia liberal porque la Unión Soviética y el comunismo entero habían colapsado y no había manera de que defendieran sus ideas marxistas en una negociación. Pero ahora ha ido quedando obvio que lo que querían era el poder para servirse de él. La mayoría del pueblo entendió esto, y por eso nunca pudieron ganar la guerra. Y en las elecciones presidenciales nunca han logrado pasar de cerca de un tercio del electorado, lo que llaman el voto duro. ARENA ha perdido en las últimas dos elecciones presidenciales --si es cierto que ha perdido-- no porque el FMLN haya ido ganando mayor porcentaje del electorado sino porque ARENA ha perdido como la mitad del porcentaje que tenía en el cambio de siglo. Esa gente que votaba por ARENA ahora no vota. Esto es pasmoso. ¿Cómo es posible que haya gente que siga votando por ellos y que otros simplemente se aparten del proceso electoral, dejando de votar, y, con ello, prácticamente votar por el FMLN? Pareciera que ninguna evidencia logra convencer a esta población de que el FMLN no sólo es incompetente sino que nos lleva hacia la pobreza, la explotación y la pérdida de la libertad. Esta resistencia a ver la realidad proviene de una campaña que el FMLN ha sostenido por varios años para venderle a la población una serie de mitos empapados en su ideología. En eso sí han sido exitosos. Han logrado que se conviertan como en lentes que filtran la realidad para distorsionar el pasado y el presente para que la gente vea el mundo como el FMLN quiere que vean. Han funcionado como un opio para el pueblo. Los mitos del pasado se orientaron a decir que sí, que el país estaba creciendo económicamente, que sus finanzas estaban en orden, que había inversión, pero que todo esto era para beneficio de unos pocos. El mito, repetido incansablemente, convenció a la ciudadanía de que ignorara las realidades que mostraban que la pobreza había disminuido a la mitad, de más de 60 a menos de 30 por ciento de la población. El mito principal del presente es que si no hay inversión ni crecimiento es porque los inversionistas están enojados por las exitosas políticas sociales del gobierno. Ahora, por supuesto, no hay nada de lo que hubo (ni inversión ni crecimiento ni finanzas en orden). Pero lo que sí hay es un aumento muy sustancial de la pobreza, que ya está entre 40 y 45 por ciento de la población. Esta es la prueba del fracaso de las políticas tanto económicas como sociales del gobierno. Pero la gente cree estos mitos. Cree que los del gobierno están en una lucha titánica contra los empresarios que no quieren dejar que el gobierno lleva a cabo sus inexistentes políticas sociales. Hay algo que aprender del FMLN y del viejo ARENA de hace un par de décadas. En los años Ochenta, ARENA desarrolló su propia visión del mundo y la pasó a la población, haciendo que ésta entendiera lo que la guerrilla y los populistas en el gobierno querían hacer y cómo había que confrontarlos. El FMLN, que en los Noventa y principios de los 2000 estaba en la total derrota por la caída de la Unión Soviética, se desarrolló su visión del mundo moderno y la trasladó al pueblo. Es una visión distorsionada, llena de mentiras, pero efectiva. Hubo una época en la que ARENA tuvo una visión del mundo, y esa época fue la que brindó sus éxitos más grandes. Esa visión todavía está allí, pero ARENA dejó que la denigrara día a día, por muchos años, el FMLN con lo que sólo podemos llamar el opio del pueblo. Es hora de mostrarle la verdad al pueblo. ARENA no debe dejar de hacer campaña, no para ganar directamente unas elecciones, sino para impregnar en el pueblo una visión realista que elimine el opio del FMLN.
Observador Político Por Manuel Hinds El opio del pueblo
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