Manuel Hinds
Hace un par de días El Diario de Hoy reportó sobre una reunión realizada en Washington D. C. en la que se discutió la situación política y económica de ese país en términos que desmitifican la impresión que tienen muchos salvadoreños de lo que sucede en ese país.
Dicha impresión, casi generalizada, es que, Nicaragua ha logrado compatibilizar una dictadura política con un crecimiento que es la envidia de Centro América.
Esta compatibilización parece ser una continuación del mito de los años de Somoza, que se suponía había logrado lo mismo, sólo que bajo una ideología distinta.
El gráfico de abajo desmiente esos dos mitos.
En ella se puede ver que para los finales de los setentas la dictadura somocista no había resultado en un Producto Interno Bruto (PIB) por Persona mayor que el de El Salvador, y que desde entonces para acá la distancia entre el ingreso por persona de los salvadoreños y los nicaragüenses se ha vuelto abismal.
Mientras que en 1978 el PIB por persona de Nicaragua era 83 por ciento del de El Salvador, para 2008 ya sólo era el 40 por ciento.
En los años después de 2008, dicha cifra se ha aumentado a 45 por ciento, una mejoría que debe más al estancamiento salvadoreño desde que el FMLN tomó el poder que al crecimiento nicaragüense. Si quiere usted aprender de la experiencia nicaragüense note usted dos cosas.
Primero, que el PIB por persona de Nicaragua cayó casi continuamente desde que los sandinistas se levantaron contra Somoza en 1978 hasta que ellos perdieron las elecciones en 1990.
Diferente de El Salvador, en donde el PIB cayó de 1978 a 1982 y de allí se estancó hasta principios de los noventas, en Nicaragua el PIB siguió cayendo año con año como consecuencia de las terribles políticas sandinistas.
Segundo, note usted que Nicaragua cayó tanto que no ha recuperado todavía el nivel del ingreso por persona que tenia cuando los Sandinistas tomaron por primera vez el poder.
Actualmente está aproximadamente al nivel que tenía en 1962, hace 53 años.
Este ha sido el costo de la revolución que supuestamente iba a sacar a Nicaragua del subdesarrollo.
Ha hundido a Nicaragua en un abismo del que le costará décadas en salir, si es que sale.
FUENTE: Word DataBank del Banco Mundial.
Para tener una idea del daño que los extremistas le han hecho a Nicaragua note usted la diferencia entre la reacción de la economía salvadoreña al abandono del populismo en 1989 y la terminación de la guerra en 1992 con la reacción de la economía nicaragüense a la terminación del primer régimen sandinista a principios de los noventas.
El Salvador, que había perdido el 34 por ciento de su PIB por persona al comienzo de la guerra, lo recuperó rápidamente para el año 2000.
Al ritmo actual, Nicaragua quizás logre recuperar el PIB por persona que tenía en 1978 para el 2030.
¿Por qué Nicaragua cayó tanto, y por qué es tan lerda en recuperarse?
Es obvio que los Sandinistas han hecho un daño estructural a Nicaragua.
Ese daño lo han hecho en varias dimensiones.
Una, es que llenaron el gobierno con gente ignorante e incompetente, que sólo piensa en términos ideológicos, no pragmáticamente.
Este daño ha sido tan grave como permanente, porque los gobiernos posteriores al primer Sandinismo no pudieron sacar a esta gente del gobierno, y porque siendo ignorantes e incompetentes no pueden diseñar políticas decentes para desarrollar el país.
Segundo, porque instilaron en el pueblo una cultura de dependencia del gobierno que suprime la innovación y la creatividad.
Esto se traduce en una dependencia de Nicaragua como país en gobiernos extranjeros, porque los nicaragüenses no pueden sostener su propio gobierno.
A principios de los noventas el Banco Mundial estimó que el 46 por ciento del PIB de Nicaragua estaba relacionado con la ayuda extranjera.
Un estudio del PNUD de 2011 reportó que el 76 por ciento de los gastos presupuestarios del gobierno se pagan con regalos internacionales; es decir, los impuestos sólo alcanzan para pagar el 24 por ciento de los gastos del gobierno. Bajo los Sandinistas, Nicaragua perdió su capacidad de mantenerse a sí misma.
Ahora hay mucha gente en El Salvador que puede pensar que eso es positivo, que los Sandinistas han sido extremadamente inteligentes en conseguir que otros los mantengan.
Lo que no miran es que Nicaragua es el país más pobre de la América Latina continental y que las dos cosas, la búsqueda de vivir de limosnas y la pobreza, están relacionadas.
No es casualidad que Nicaragua tenga el mismo ingreso por persona que tenia hace 53 años.
La mendicidad de los Sandinistas no lleva al progreso. En el fondo, la tragedia de Nicaragua se debe a que ellos aceptan las tiranías con tal de que no se metan con sus actividades económicas.
Al pensar así olvidan que la base del desarrollo es la creatividad y que esa no se logra en tiranías.
En El Salvador las ideas que han llevado a Nicaragua a su tragedia mueven al FMLN, que está haciendo las cosas que los Sandinistas hicieron allá: instalando una tiranía, llenando el estado con ignorantes e incompetentes, e instilando una mentalidad de dependencia del gobierno en los salvadoreños.
Si triunfan en hacer estas cosas, miren la gráfica de Nicaragua para prever lo que van a ser nuestros próximos 53 años.
Lecciones de Nicaragua