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03 July 2015

n su encíclica Laudato el Papa hace un diagnóstico del problema mundial del medio ambiente centrando toda la culpa en la desigualdad en los ingresos, en la creencia en la absoluta autonomía del mercado y en la especulación financiera. Aunque estas palabras no describen sino caricaturizan al capitalismo, mucha gente ha interpretado la encíclica como otra de las condenas que el Papa ha hecho del capitalismo. El Papa fue más allá al decir que las ideologías que apoyan estas creencias y realidades rechazan ?el derecho de los estados, encargados con la vigilancia del bien común, de ejercer cualquier forma de control?. Aunque el Papa no lo escribió con todas las letras, al leer la encíclica parece a veces que el Papa cree que si el estado manejara toda la actividad humana no solo no habría desigualdad sino tampoco contaminación, al menos no tanta. Si esta interpretación fuera cierta, los países en donde no había capitalismo y en donde el estado controlaba todo deberían de haber sido los países con menos problemas ecológicos. Pero esto no fue así. Al contrario. El manejo del medio ambiente fue mucho peor en los países en donde no había capitalismo. En esos países el medio ambiente fue descuidado y violado hasta límites criminales, mil veces peores que en los países capitalistas. Yo conocí el tema de primera mano porque entre 1986 y 1994, cuando el comunismo estaba colapsando, yo trabajé en Polonia, Hungría, Checoslovaquia, Yugoslavia, Alemania Oriental y la Unión Soviética y pude ver directamente que uno de los legados peores que el comunismo estaba dejando era la total negligencia del medio ambiente, que había resultado en niveles altísimos de contaminación en muchos lugares, en la conversión en desiertos de enormes áreas de tierras anteriormente productivas, en la muerte del desdichado Mar Aral, en sitios de mortal contaminación atómica, en corrientes subterráneas de agua contaminadas con mercurio, y tragedias similares. La violación del medio ambiente fue tan grave que Richard Fuller, presidente del prestigioso Instituto Blacksmith, hablando de los sitios más contaminados del mundo dijo que por mucho estos están en el territorio de la vieja Unión Soviética, ?sitios que son trágicos, horribles, lugares chocantes que hacen tu estómago voltearse??. Los ejemplos son demasiados para hacerles justicia en un artículo o en un libro. Pero basten algunos. El sitio del medio ambiente de la cadena norteamericana de radio y televisión ABC describe la situación en Dzerhinsk en Rusia, un sitio en el que el gobierno soviético producía armas químicas. Allí, el estado soviético vació más de 270 mil toneladas de desperdicios químicos entre 1930 y 1998. De acuerdo al Instituto Blacksmith, ?En lugares, los químicos han convertido el agua en un lodo blanco que contiene dioxinas y altos niveles de fenol?un químico que puede llevar a envenenamiento agudo y la muerte?. La expectación de vida en la ciudad es de 42 para hombres y 47 para las mujeres. En Sumgayit, Azerbaiyán (otro territorio que era parte de la Unión Soviética) había más de 40 fábricas de varios productos que acumularon entre 64,000 y 109,000 toneladas de sustancias tóxicas en el aire por año. La tasa de mortalidad era altísima y la incidencia de cáncer es entre 22 y 51 por ciento más alta que en el resto del país. (Fuente: http://www.abc.net.au/environment/articles/2012/07/23/3549975.htm ). El caso del Mar Aral es realmente trágico. A mediados del siglo XX era el cuarto lago salado más grande del mundo. Tenía 67,300 kilómetros cuadrados, tres veces el tamaño de El Salvador. Para el año 1998 el nivel había bajado 20 metros y el lago estaba prácticamente extinguido, reducido a una tira angosta de agua con menos de 10 por ciento del volumen de agua. En donde había lago ahora hay un desierto. Se llama el desierto de Aralkum. Esto pasó porque en los años cincuenta el gobierno soviético desvió dos ríos para irrigar tierras para producir algodón. El encogimiento del Mar Aral es considerado uno de los desastres ecológicos más grandes de la historia. El gobierno soviético sabía que esto iba a pasar pero aun así aprobó los planes que lo iban a destruir. Instituciones capitalistas, como el Banco Mundial, están tratando ahora de reconstruirlo. Los reportes del medio ambiente hechos en los años noventas muestran que el 16 por ciento del territorio de la Unión Soviética estaba en peligro ambiental. La sanidad era primitiva en muchos lugares. En Moscú, la mitad de los desperdicios industriales botados en el río no tenía tratamiento. En San Petersburgo la mitad de los niños bebían agua contaminada. Los ríos eran increíblemente sucios. Había envenenamiento metálico en varias ciudades, incluyendo cadmio en Odessa, y manganeso en Dnepropetrovsk y Rostov. El suelo agrícola se estaba erosionando en enormes áreas. El accidente nuclear de Chernóbil dejó contaminada una gran área, por cientos de años. Hubo que evacuar 135,000 personas que vivían en un área de 30 kilómetros a la redonda. Al final del régimen comunista, en 1988 el gobierno se comenzó a preocupar por la devastación ambiental que había causado por mas de setenta años. La agencia que fundó para hacerse cargo, Goskompriroda, tenía un presupuesto de 4 millones de dólares. la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, un país capitalista, tenía uno de 5,000 millones de dólares en ese año. (Fuente: http://www.multinationalmonitor.org/hyper/issues/1990/09/ridgeway.html). Más de 600 áreas urbanas no tenían facilidades para tratar el agua, y la mayor parte del agua superficial en la Unión Soviética no se podía tomar. Mucha del agua a mayor profundidad había sido contaminada irreversiblemente. Muchos de los peces en aguas dulces estaban llenos de toxinas y no se podían comer. La contaminación en Rusia era tan grande que la esperanza de vida allí era menor que en cualquier otro país europeo. La devastación ambiental de la Unión Soviética ha llenado libros enteros. Igual se puede escribir sobre China Comunista, que todavía es el país que más contamina con la generación eléctrica con carbón (79 por ciento de la energía china es producida con carbón). El peor envenenamiento por plomo está en Tianying, China, afectando a 19 millones de personas. Dieciséis de las veinte ciudades peores en términos de contaminación del aire están en China también, parte de la herencia del comunismo total y del comunismo que todavía controla el estado de ese país. (Fuente: http://www.abc.net.au/environment/articles/2012/07/23/3549975.htm). Esto no prueba que los países capitalistas sean inocentes. Pero sí prueba que la irresponsabilidad ambiental no tiene un origen ideológico de izquierda o de derecha. La preocupación del Papa sobre el medio ambiente es muy loable. Pero el culpable no es el capitalismo. La contaminación era peor en el comunismo. Los culpables somos todos nosotros. No es el sistema. Es cada quien que debe asumir su responsabilidad.

Barco encallado en medio del desierto, en lo que era el Mar Aral, Kazakstán, https://en.wikipedia.org/wiki/Aral_Sea

E Capitalismo, comunismo y medio ambiente