Qué ha pasado?
El gobierno actual acaba de dar la mejor validación posible de la decisión de privatizar las pensiones civiles tomada hace casi veinte años por otro gobierno de distinta ideología: ha decidido privatizar las pensiones de los militares, y por exactamente las mismas razones que el gobierno consideró hace tanto tiempo para los civiles. El sistema que se sustituyó con la reforma de 1998 y que se mantuvo con los militares hasta este momento es insostenible. Al tomar esta decisión correcta, el gobierno también ha invalidado las pretensiones del Ministerio de Hacienda de regresar al mismo sistema, llamado de reparto, que había llevado a la quiebra a las pensiones civiles hace dos décadas, y que ahora también ha llevado a las militares a su propia quiebra. Deja claro también que el gobierno ha dado prioridad al beneficio de los pensionados sobre los argumentos populistas que se han presentado para regresar a los civiles al mismo sistema que reventó con ellos y que ahora ha reventado con los militares. ¿Qué significa privatizar las pensiones?
En el contexto de las pensiones privatizar significa darle el control de los ahorros de los pensionados futuros a los pensionados mismos.
En todos los sistemas de pensiones, la idea es que los futuros pensionados van ahorrando para formar una reserva que les proporcione ingresos al final de su vida útil. La diferencia entre los sistemas de pensiones se encuentra en la manera en la que esta operación se maneja. Hay dos maneras principales de hacerlo: El sistema de reparto: En este sistema los futuros pensionados entregan sus ahorros al gobierno contra la promesa de éste de darles una pensión en el futuro. Se llama de reparto porque no hay una relación directa entre las contribuciones que entregan los futuros pensionados al Estado y las pensiones que recibirán.
Las pensiones se convierten así en una obligación financiera del estado, igual que todas las deudas que el estado tiene.
Este punto es crucial para entender los problemas actuales de las pensiones.
El sistema de capitalización individual.
En este sistema los futuros pensionados depositan sus ahorros en una cuenta individual a su nombre. Estos fondos, aumentados con los intereses y otras ganancias que se realicen con ellos, son los que proporcionan la pensión. Con la excepción de los fondos que no logren acumular suficiente como para proporcionar una pensión mínima, en el sistema privatizado de capitalización individual el estado no tiene ninguna obligación financiera con las pensiones, y por tanto no acumula deudas. Cada quien acumula sus fondos. Este es el sistema privatizado, llamado así porque son los privados, los propios futuros pensionados, los que poseen el control de donde depositar sus fondos.
¿Qué pasó con los sistemas de reparto?
Cuando las pensiones se crearon a mediados del siglo XX se adoptó el sistema de reparto. El gobierno estaba obligado a acumular reservas para enfrentar los pagos de pensiones, y de hecho creó estas reservas.
Sin embargo, hubo dos problemas.
Primero, el gobierno se apoderó de esas reservas, tomándolas prestadas y pagando bajísimas tasas de interés sobre ellas. Segundo, los gobiernos utilizaron las promesas de pensiones de una manera populista, prometiendo mucho más que lo que las reservas hubieran podido pagar, aun si hubieran sido bien manejadas, peor si, como era la realidad, eran mal manejadas. Para mediados de los noventas, era claro que las pensiones del ISSS y la INPEP estaban quebradas¿es decir, que las reservas no eran suficientes para pagar las pensiones prometidas. Esto es lo mismo que está pasando ahora con las pensiones de los militares. Esto es lo que ha pasado con estos sistemas de reparto en todo el mundo, aun en Europa.
¿En qué consiste la reforma de 1998? ¿Y la de los militares?
La reforma de 1998 consistió en detener el crecimiento desbocado de las deudas estatales generadas por las pensiones.
En cada año, las reservas disminuían porque las contribuciones de los futuros pensionados no alcanzaban a pagar las pensiones del año (lo mismo que está pasando ahora con los militares). Al acabarse las reservas la diferencia la tendría que poner el gobierno, acumulando deudas.
Era una hemorragia. Lo primero que había que hacer era parar esa hemorragia, separando el pasado del futuro. A partir de cierta fecha, los futuros pensionados ya no le darían su dinero al estado sino que lo iban a depositar en cuentas a su propio nombre. El gobierno ya no tendría espacio para apropiarse y gastarse los ahorros de la gente y después no tener con qué pagarlos.
Lo que el gobierno debía a los que habían dado su dinero al estado antes de esa fecha constituía una deuda del estado que, como apunté anteriormente, era igual a las que el gobierno adquiere al tomar préstamos del Banco Mundial o del BID, o cuando emite bonos. Esto es lo que está pasando con los militares.
El gobierno no tiene reservas para responder a sus obligaciones pensionales con los militares. Como las pensiones que se les deben a los militares por las contribuciones que han hecho al IPFA son obligaciones del estado, el gobierno tendrá que pagar esas pensiones de sus ingresos de efectivo¿impuestos o deudas, que son impuestos diferidos al futuro.
¿La reforma causó la deuda?
Algunos ¿analistas¿ afirman que la deuda que ahora lamenta Hacienda fue un resultado de la reforma de 1998 porque ahora Hacienda tiene que pagar pensiones que se acumularon antes de 1998 y no recibe las contribuciones de los que contribuyen para futuras pensiones. Esto es un craso error. Las deudas ya estaban creadas en 1998, y lo que la reforma hizo fue evitar que se siguieran creando más deudas, independizando las pensiones del estado, y asegurar así que hubieran recursos para cada pensión. Si la reforma no se hubiera hecho, la deuda seria incomparablemente mayor a esta fecha. La deuda la causó el sistema de reparto. Igualmente, la deuda que el estado asumió durante todos los años de funcionamiento del IPFA ya existen, y ya pesan sobre el gobierno.
No son el resultado de la reforma de las pensiones militares, que apenas fue aprobada la semana pasada.
¿Pero no es cierto que si se regresa al sistema de reparto el gobierno recibiría las cotizaciones?
Si, pero al mismo tiempo recibiría obligaciones todavía más grandes para el futuro muy cercano. Tal y como está pasando con las pensiones del IPFA, y como pasó con las viejas pensiones civiles, el gobierno se gastaría el dinero de las pensiones en otras cosas, en este caso en el pago de las pensiones viejas. Por lo tanto, no podría acumular reservas para pagar las nuevas. Es decir, las contribuciones actuales no serian suficientes para pagar las pensiones viejas, menos para crear reservas para pagar las pensiones nuevas.
Esto es lo que está pasando con las pensiones militares, y es por eso que el gobierno las va a privatizar, dándole a cada quien una cuenta individual para que ahorre para su retiro.
¿Y por qué quiere Hacienda regresar al sistema en quiebra?
Para quedarse con el dinero de los cotizantes nuevos, que anda por 10,000 millones de dólares. La mayor parte de ese dinero está invertida en bonos del estado, que el gobierno dejaría de pagar por ser ahora el dueño de los fondos. Contra ese dinero, el gobierno prometería que pagaría las pensiones futuras, hasta que, como ahora, llegue un ministro de hacienda que diga que no tiene dinero para pagarlas. Es decir, Hacienda quiere regresar al viejo sistema para poder volver a quebrar el sistema y luego renegar de las deudas con los futuros pensionados.
¿Tienen menos prioridad las deudas de pensiones? Cuando el Ministerio de Hacienda hace referencia a las deudas de las pensiones, lo hace como si éstas fueran obligaciones de segunda categoría, de baja prioridad, que se deben pagar sólo si sobra el dinero, que por supuesto nunca sobra. Esto es una barbaridad porque estas son deudas laborales, que tienen prioridad absoluta en las leyes que norman el sistema privado. Es decir, si hubiera alguna diferencia, sería a favor de las deudas de pensiones, que deben tener prioridad. No pagarlas sería una estafa.
¿Es cierto que la deuda de pensiones está ahogando las finanzas públicas?
Hacienda dice que los pagos de pensiones la ahogan, diciendo que son el 50 por ciento del déficit. Muchos incautos caen en pensar que eso indica que son la mitad del presupuesto y que por tanto son muy grandes. Para nada. Mire usted mismo la gráfica 1, que muestra la evolución de los gastos del gobierno desde 1990 a 2014. Dadas las quejas de Hacienda, usted pensaría que las pensiones serían alguna de las líneas superiores en la gráfica. No. Esas son gastos corrientes y consumo (incluidos en corrientes). Luego hay varias categorías de gastos que rondan los mil millones de dólares en 2014. No. Ninguna de estas es pensiones. Son subsidios y un poco más abajo intereses.
También están los gastos de capital. ¡Ahora note que las pensiones son los gastos más bajos de la gráfica! Y no son los gastos que más están aumentando tampoco.
Desde que el FMLN tomó el poder, los gastos corrientes aumentaron 1,134 millones de dólares por año, los de consumo 940 millones, y las pensiones solo 146 millones. ¡Y Hacienda dice que eso es lo que la está ahogando!
Por supuesto, si usted gana 6,000 dólares y gasta 6,500 en whisky y 500 en comida para sus hijos, usted gasta 7,000 dólares, tiene un déficit de 1,000 y el gasto de comida es la mitad del déficit. Usted ahora dice que lo que hay que rebajar no es el gasto en whisky sino el gasto de comida, porque ¿es la mitad del déficit¿. Pero no dice que el whisky es 6.5 veces el déficit. Igual, en el caso fiscal, las pensiones son la mitad del déficit, pero los gastos corrientes son 6 veces el déficit. Para rebajar el déficit hay que bajar el whisky, no la comida de la familia; los gastos corrientes, los viajes, los desperdicios, no las obligaciones sagradas de las pensiones. Lo triste es que hasta economistas y auto-nominados analistas económicos caigan en esa trampa.
Si alguien se la dice, ríase
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No hay ninguna razón para que lo tengan que hacer. No hay relación entre las viejas y las nuevas pensiones. Las pensiones del viejo sistema son una obligación del estado. Los futuros pensionados del nuevo sistema tienen su propio dinero. El gobierno ha creado una relación artificial inventando que las pensiones del sistema viejo tienen que ser financiadas por los ahorros de los futuros pensionados del sistema nuevo.
Esto no tiene sentido. Las obligaciones de las viejas pensiones son obligaciones generales del estado, igual que las que se adquieren para hacer un puente y por tanto deben de pagarse con los ingresos de efectivo generales del estado¿impuestos o préstamos, que son sólo impuestos diferidos de este momento a cuando los préstamos tengan que ser pagados.
El gobierno ha creado esta relación artificial para abusar de los futuros pensionados del sistema nuevo, pagándoles tasas bajísimas de interés que les reducen sus futuras pensiones en al menos 35 por ciento.
¿Y ese dinero se usa para pagar pensiones?
No. El dinero que gobierno obliga a los futuros pensionados a dar al estado a tasas bajas de interés se usa para pagar cualquier cosa porque entra a la cuenta única de la Tesorería, de la que se pagan todos los gastos del gobierno. Sirven en parte para pagar pensiones, o para pagar viajes de funcionarios y diputados, o para pagar camionetas de lujo para que se transporten estos mismos personajes, o para pagar el whisky que se beben en las recepciones.
¿Y por qué Hacienda abusa de los ahorrantes del nuevo sistema?
No tiene ninguna razón legal para hacerlo pero lo hace porque los futuros pensionados no han podido defenderse. Si no se logra defender en estos días, le va a expropiar los ahorros a los futuros pensionados, los obligará a pagarle las contribuciones para sus pensiones futuras al estado, y los dejará vulnerables que aparezca otro ministro como el actual, que reniegue de las obligaciones que dejó el actual para los futuros contribuyentes. Todo esto un abuso porque el sistema de pensiones no se creó para darle dinero a Hacienda sino para generar ahorros para que la gente tenga pensiones. Preguntas y respuestas sobre la privatización de las pensiones, militares y civiles Por Manuel Hinds