SolucionES y la sociedad sitiada

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01 December 2015

SolucionES y la sociedad sitiada

Observador Político ubo tiempos en los que los salvadoreños eran conocidos por su optimismo y su actitud emprendedora. Había una identidad nacional definida por esas características y por la capacidad de trabajo, y los salvadoreños estaban orgullosos de ser identificados así. Eran también tiempos en los que podían pasearse por sus ciudades, en los que personas de distintas clases sociales y que vivían en distintos barrios se mezclaban cotidianamente en el centro de las ciudades, en las tiendas y almacenes y en los parques y en las plazas y en los cafés y en otros lugares públicos. Las actitudes positivas de la población estaban relacionadas con las libertades que tenían para asociarse entre ellos y gozar de los espacios cívicos. Niños de todos los orígenes crecían compartiendo los recuerdos de los mismos lugares, teniendo la sensación de pertenecer a una misma nacionalidad, de compartir un mismo destino. La gente, toda, deseaba vivir en El Salvador sus vidas enteras y no se les ocurría pensar en emigrar. El país está ahora fragmentado en muchas dimensiones, incluyendo la política, de la cual se habla mucho, y la física, de la cual no se habla nunca. El aislamiento físico, que al principio fue un síntoma de otros aislamientos, ahora se ha convertido en una fuente principal de esos otros aislamientos, una fuente tan destructiva que amenaza con rasgar del todo lo que nos queda de cohesión social. Viviendo en un país crecientemente inseguro, los salvadoreños se han ido aislando progresivamente en pequeños territorios cercados para mantener el crimen afuera, de los que salen sólo por esencial necesidad y a los que regresan tan rápidamente como pueden. Esto no sólo convierte a nuestras ciudades en desiertos peligrosos en los que hay que transitar lo menos posible y nunca habitar, sino que también amputa todo lo que un ser humano desarrolla en el contacto con sus semejantes, en un círculo vicioso en el que mientras más se aíslan las personas en sus cercadas viviendas más desiertos de relaciones humanas se vuelven los espacios públicos, y más se vuelven éstos la propiedad de grupos criminales, que cada vez sitian más estrechamente al resto de la sociedad. Ya no nos importa que esos sitios que antes eran nuestros estén sucios, o mal arreglados. Vivimos cada vez más en esos pequeños guetos que ahora llenan la ciudad. Los que todavía tienen sueños, los tienen de emigrar a otros países. Los nexos que forjan el tejido social se están rasgando. Estamos perdiendo nuestra identidad, estamos creciendo aparte. Y hasta ahora nadie ha hablado de esto, y mucho menos ha hecho algo. Ahora, la gente asociada con SolucionES, un proyecto apoyado por Estados Unidos (USAID), FEPADE, FUSADES, FUNDE, FUSAL y GLASSWING no sólo está hablando de estos temas, sino que está presentando un proyecto innovador orientado a romper el círculo vicioso que impide que formemos una sociedad unida física, emocional y socialmente. El proyecto consiste en transformar San Salvador en una ciudad segura y moderna siguiendo un plan maestro que irradiará transformaciones urbanas comenzando con la remodelación del Parque Cuscatlán. Diseñado por una firma colombiana que ha trabajado en los proyectos de Bogotá y Medellín, famosos mundialmente porque transformaron en organismos vivos y creativos ciudades que estaban muertas por problemas peores que los que nosotros tenemos, el proyecto toma ventaja de edificios históricos y de bellezas naturales para generar espacios públicos que transformen San Salvador en la capital que debemos tener. Para realizarse, el proyecto requiere de la colaboración de muchas personas y sectores, desde diversas dependencias del gobierno (tales como el Ministerio de Salud, para convertir el Hospital Rosales en un lugar higiénico y devolverle la belleza que tenía cuando se construyó), la Alcaldía y el Ministerio de Obras Públicas, hasta el sector privado, que pueden contribuir no solo con fondos donados, sino con la realización de proyectos de vivienda de alta densidad en terrenos recuperados de su decrepitud actual en varias partes de la ciudad. El resultado sería un pulmón enorme centrado en el Parque Cuscatlán, que se convertiría en un gran espacio familiar unido por arboles y pasajes peatonales con un complejo deportivo (el estadio, el gimnasio y las federaciones deportivas), con una enorme área para niños (el Tin Marín y otras instalaciones) y con anchas áreas de vegetación en medio de otros edificios. Una de las ventajas más grandes del proyecto es que es concreto. La gente habla mucho de la necesidad de comunicación y de diálogo, pero esto se ha traducido únicamente en la formación de grandes comisiones sin ningún resultado tangible para la sociedad. En este caso, se trata de llevar adelante un proyecto definido que contribuirá a la solución de la fragmentación de nuestra sociedad. Se orienta a crear espacios públicos seguros y agradables en la ciudad de San Salvador que harán que la gente no solo disfrute de ellos, sino que también se sienta orgullosa de ellos y de ser parte de la sociedad que los ha creado. El proyecto también servirá para comenzar a reafirmar el control ciudadano sobre los espacios públicos del país, siendo el mejor proyecto que se haya presentado para eliminar el cáncer de las pandillas y darle a nuestra juventud un país de verdad, no una jungla de destructividad. La necesidad de cooperación entre varios sectores para llevar la obra a término podría parecer que es un defecto del proyecto, pero es una de sus cualidades más importantes. Abriría los puentes que el país necesita para resolver los problemas más importantes que tiene, todos los cuales requieren de cooperación para ser resueltos. Si evitamos lo que necesita cooperación no vamos a desarrollarnos, sino que vamos a decaer. La realización del proyecto nos comenzará a convertir en una sociedad partiendo de la fragmentación que somos ahora. Por Manuel Hinds H