Quiero creer que la clase política en nuestro medio está tan ocupada con los problemas nacionales, y no preparándose para las vacaciones de Semana Santa, que no se dio cuenta, o por lo menos nadie ha dicho una palabra, aunque sea de paso, sobre el fallecimiento de Giovanni Sartori, uno de los principales pensadores sobre política de la época moderna.
Sartori, nacido en Italia hace 92 años, ha sido unos de los politólogos más críticos hacia la clase política incapaz de entender los procesos sociales del mundo moderno; contrario a los políticos que ejercen el poder sin visión de mediano y largo plazo por estar preocupados por el presente aparente de la realidad; fue uno de los pensadores que ha dado cuerpo a la teoría sobre la democracia moderna, teórico de la política comparativa, pero sobre todo un observador de los cambios, de los acelerados cambios que han vivido las sociedades del mundo actual, tratando de explicarlos.
Elisabetta Piqué en un artículo publicado en “La Nación” de Argentina, a raíz del fallecimiento, recordó una de las últimas entrevistas que tuvo con el pensador hace varios meses: “Avizoró la victoria de Donald Trump en Estados Unidos. ¿Por qué? Porque el homo videns, el hombre que solo entiende aquello que ve con los ojos y que es incapaz de manejar conceptos abstractos, ha tenido tal éxito, que evolucionó hasta convertirse en el homo cretinus”. Por esta misma razón, fue un opositor cáustico contra el ex premier italiano, Silvio Berlusconi.
Y es precisamente en torno a este concepto, homo videns, que Sartori escudriñó la sociedad de hoy en su libro, publicado en 1997, “Homo videns. La sociedad Teledirigida”, del que pienso comentar algunas de sus ideas como un homenaje a este pensador. Sartori plantea de fondo que el video está transformando al homo sapiens, producto de la cultura escrita, en un homo videns para el cual la palabra está destronada por la imagen.
El mundo actual, caracterizado por los acelerados cambios, la revolución multimedia que tiene como su punta de lanza el internet, el ciberespacio y sus diferentes plataformas tecnológicas de comunicación que llegan al hombre medio en poco tiempo, tienen en común el desplazamiento de la palabra por la imagen.
Y el instrumento que ha hecho prevalecer la imagen en la sociedad actual es la televisión, por lo que plantea un hecho: “la televisión modifica radicalmente y empobrece el aparato cognoscitivo del homo sapiens”. Ojo, lo que hace grande a este pensador es que el planteamiento permite explicar el fenómeno más allá de la televisión, englobando con ello la web, incluso las redes y el mundo de la virtualidad.
“Las civilizaciones se desarrollan con la escritura, y es el tránsito de la comunicación oral a la palabra escrita lo que desarrolla una civilización”, dice Sartori citando a Havelock, pero esto es hasta la invención de la imprenta. Antes, la cultura de toda la sociedad se fundamenta principalmente en la transmisión oral.
Una nueva ruptura viene con la aparición de la televisión que transforma la forma de ver el mundo y la realidad… el telespectador es más un animal vidente que un animal simbólico… para él las cosas representadas en imágenes cuentan y pesan más que las cosas dichas con palabras. Y esto es un cambio radical de dirección, porque mientras que la capacidad simbólica distancia al homo sapiens del animal, el hecho de ver lo acerca a sus capacidades ancestrales, al género al que pertenece la especie del homo sapiens, dice Sartori en la página 26 y 27.
Este cambio radical de la palabra a la imagen se consolida con los acelerados cambios del mundo actual: la televisión nos muestra imágenes de cosas reales, es fotografía y cinematografía de lo que existe, mientras que el otro cambio profundo, dado por el ordenador cibernético, nos enseña imágenes imaginarias… la llamada realidad virtual es una irrealidad que se ha creado con la imagen y que es realidad solo en la pantalla. “Lo virtual, las simulaciones amplían desmesuradamente las posibilidades de lo real; pero no son realidades”, dice de manera contundente Sartori, para plantear una idea más, el homo sapiens debe todo su saber y todo el avance de su entendimiento a su capacidad de abstracción… cuestión que se “interrumpe”, por decirlo de alguna manera, por la televisión y en general por lo visual, “se producen imágenes y anula los conceptos, y de este modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender” …de aquí en adelante lo que prima es el puro y simple acto de ver… y de ahí, la superficialidad de hoy, los populismos de los políticos, los discursos vacíos… la tele política, la tele democracia.
*Editor Jefe de El Diario de Hoy. ricardo.chacon@eldiariodehoy.com