Siempre y no solo en vacaciones

Ya basta de grandes programas para unos días; es necesario que, de una vez por todas y en relación a todos los graves problemas que nuestro país padece, nos determinemos a buscar soluciones para el largo plazo.

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07 April 2017

Mañana inicia la Semana Santa y, más que prepararnos espiritualmente para esos momentos, los salvadoreños somos distraídos con otra clase de preparativos: que las compras, que los avisos de entidades nacionales sobre sus planes para una vacación segura, que el turismo, etc.

Que haya propaganda según la respectiva temporada del año es natural para los almacenes, pero no para las instituciones estatales. Estas, en lugar de estar pensando qué plan desarrollar “para estas vacaciones”, deberían enfocarse en diseñar políticas nacionales que cubran siempre todas las situaciones y no solamente los feriados que periódicamente vivimos.

Por ejemplo: año con año, para “la seguridad de los veraneantes”, se establece vigilancia en las carreteras, retenes, etc. Esas son acciones que deberían ejecutarse permanentemente y nuestras calles estarían libres de motoristas bolos o drogados, de conductores que no saben manejar ni un carrito de juguete, de cafres que son asesinos en potencia y de toda clase de individuos a quienes debe prohibírseles ponerse al timón. El grave problema del aumento exponencial de los accidentes de tránsito no se resolverá preocupándose solo en vacaciones.

Por eso es esperanzador el anuncio de que se implementará la educación vial en las escuelas; supongo que formará parte del currículo de educación. ¡Ojalá no sea solo otro anuncio en vísperas de la Semana Santa! El reglamento de tránsito debemos conocerlo todos: peatones, ciclistas, motociclistas, automovilistas, transportistas, buseros. La autoridad debe obligar a cumplirlo.

Si en nuestras playas hubiera siempre salvavidas y los responsables (alcaldes, propietarios, etc.) las cuidaran permanentemente, estarían limpias de basura y también de irresponsables que causan –o terminan siendo– víctimas de accidentes. El dicho de que “todo es playa” no significa que allí no hay ley; por el bien de los visitantes y, principalmente por el de los pobladores, allí la ley debe imponerse con rigor.

Si se obliga siempre a todos los que venden comida (negocios formales o no), a mantener estrictas medidas de higiene, ya estaríamos acostumbrados a cumplir esos requisitos y no habría que desplegar batallones en esta época; bastaría con un equipo especializado que se desplazara permanentemente a diferentes lugares.

Pero en agosto, nuevamente, veremos aparecer los mismos anuncios, los mismos programas de seguridad vacacional medio cambiados para, después, enterarnos de las horribles fatalidades acaecidas.

Y ya no digamos en Navidad, cuando a todo lo anterior se suma la quema de pólvora. ¿Hay algún diputado, entre los 84 actuales, que se esté preocupando en presentar una iniciativa de ley que termine, de una vez por todas, con ese gran peligro? Sé que muchas familias viven de esa industria artesanal, pero es allí donde el estado debe poner sus buenos oficios para lograr, por ejemplo, que países que tienen tradición en la producción de fuegos artificiales, instalen aquí una maquila que exporte dichos productos. Encontrarían excelente mano de obra en nuestros compatriotas que a eso se dedican, quienes podrían mejorar notablemente su nivel de vida con ese nuevo rubro, que también ayudaría a nuestra precaria economía.

Ya basta de grandes programas para unos días; es necesario que, de una vez por todas y en relación a todos los graves problemas que nuestro país padece (seguridad, economía, finanzas, pensiones, salud, educación) nos determinemos a buscar soluciones para el largo plazo.

Mientras, deseo para todos una Semana Santa llena de fe y paz.

* Columnista de El Diario de Hoy.