Recientemente Blandino Nerio, diputado del FMLN, dejó entrever una vez más la vocación dictatorial del ala dura de dicho instituto político, al declarar que lo que aquí se necesita es que “se doblegue la voluntad de la derecha”. Lo positivo del hecho es que las nuevas generaciones puedan atestiguar de primera mano las verdaderas intenciones del partido de izquierda.
Primeramente debo aclararle al señor Nerio y al resto del ala radical de su partido que aquí nadie se doblegará, por lo que les recomiendo que si su aspiración es vivir en estado totalitario, tomen sus cosas y se muden a Cuba. Aquí en la República de El Salvador, ni en 2019, ni en ningún otro momento volverá a gobernar un dictador de izquierda o de derecha. Habemos suficientes ciudadanos libres dispuestos a impedir que se instale una dictadura, la República se respeta, señores.
En segundo lugar, aunque les cueste, deben entender, el diputado y su partido, que la alternancia es la esencia de la democracia. El sistema de gobierno que adoptamos es republicano, y en la república existe la independencia de poderes, aunque les incomode. Señores, abandonen sus ideas autoritarias, comprendan por favor que Cuba, la Unión Soviética y todos los países totalitarios que ustedes admiraban fracasaron. La Venezuela de Chávez y Maduro, por intentar consolidarse como dictadura, es otro fracaso. Por favor, asimilen esto: su modelo no funciona.
Con sus declaraciones, el diputado también dejó una vez más en evidencia que los múltiples llamados al diálogo que hace la presidencia de la República son pura pantomima para la cámara. No hay señal de que exista una voluntad sincera de llegar a acuerdos y mucho menos cumplirlos. ¿Qué no comprenden que la oposición representa a la población que no piensa como ustedes? ¿Acaso los ciudadanos que no votamos por el FMLN no merecemos respeto?
Un país no es grande porque un lado se doblega al otro, sino más bien porque las múltiples visiones de país son administradas por sus ciudadanos de forma armoniosa y coherente. Aspirar a doblegar al adversario es, en sí mismo, un objetivo vulgar y contrario a la sintonía del mundo globalizado. Yo, personalmente, no aspiro a que usted o su partido dejen su ideología de izquierda, si es que aun la tienen, más bien espero que sepan evolucionar, para que sean, algún día, una fuerza política con la cual se pueda dialogar y llegar a entendimientos por el bien de El Salvador.
A mis compatriotas les hago un llamado: debemos todos estar listos a defender nuestro sistema de gobierno, de cualquiera que intente alterarlo.
Desafortunadamente, aún hay voces que añoran un estado donde se restrinjan las libertades individuales, uno donde pensar diferente conlleva cárcel, en el cual solo se tenga la libertad de ser igual que al de al lado. No sé ustedes, pero yo no estoy dispuesto a heredar a nuestros hijos una cárcel que lleve por nombre El Salvador.
*Colaborador de El Diario de Hoy. @jpelsalvador.