Las marcas son de gran ayuda para generar emociones y motivaciones en los clientes, y todos los productos que tienen buenas y reconocidas marcas se venden bien… Sobre todo cuando lo que hay detrás de la marca le emociona al cliente, lo motiva y lo siente antes y después de comprarlo… Por ejemplo, cuando se promociona un determinado café, su sabor, su aroma y su presentación… Si de verdad el sabor, el aroma y la presentación son lo que describe la marca, los clientes quedan entusiasmados y vuelven a comprar… ¡Y de eso se trata!
Con las marcas de los países y para el caso la nueva marca país de El Salvador, debiera ser lo mismo… Primero, los promotores se la deben creer. Segundo, los salvadoreños a quienes se refiere como sujeto principal, deben ser como se dice en la marca… Es decir “grandes” en todos los sentidos, porque la marca dice: “El Salvador, grande como su gente”…
Si todo el mundo sabe que El Salvador es el país más pequeño de América, e incluso lo llaman el “Pulgarcito”, significa que lo de “tan grande como su gente” es un tremendo compromiso para todos los buenos salvadoreños, en el sentido de demostrar que lo grande no es el país, sino ellos, y que son ellos, quienes algo que se sabe geográficamente es el más pequeño, deben sentir y hacerlo sentir a otros como grande. ¡Menuda tarea!
Sería bueno describir el perfil del salvadoreño al cual se refiere la marca, pues con lo que tenemos actualmente dudo que lo cubramos… Singapur es mucho más pequeño que El Salvador, pero su gobierno y su gente sí lo han hecho como el más grande… Y por lo que vemos en nuestra realidad, hay muchísimo trecho que cubrir…
La empresa Dalia Research encuestó recientemente a 43,000 consumidores de 52 países sobre sus preferencias de los productos y servicios en relación con el prestigio de las marcas que empiezan con “Made in…” y en primer lugar está Alemania, con “Made in Germany”, después Suiza, en tercer lugar la Unión Europea…. Japón en el octavo, EE. UU. en el décimo y España en número 20.
Imagine dónde está el “Made in El Salvador” y hasta dónde puede llegar si nos lo proponemos…
Aquí hay industrias con excelente calidad en el sector textil, la impresión y otros sectores, y los hoteles internacionales están a la altura media europea y de EE. UU. Para ser como la marca lo propone, se deben reducir, como lo hicieron en Singapur, la inseguridad, la corrupción, resolver el tráfico caótico, implantar planes de gestión de la basura y sacar a El Salvador de las listas en EE. UU. y los países europeos donde se recomienda no visitarlo.
Las marcas, si se confirma lo que dicen y prometen, son rentables; si no se confirma con las conductas observables de la gente, pueden llevar a la empresa, y se conocen muchos casos, a la ruina.
Pues sí… Ojalá que funcione y vengan las esperadas inversiones, y los turistas atraídos que visiten el país, vuelvan sanos, muy contentos, hablen bien de su vivencia aquí y vuelvan.
Una buena experiencia se recomienda solo a tres o cuatro personas, una mala a entre doce y quince, de ahí la conveniencia de que detrás de la marca esté lo que se prometió.
*Columnista de El Diario de Hoy. www.centrodecalidadyproductividad.com