¿Y cuándo las soluciones hospitalarias de fondo?

Si no se hace nada importante ahora, en poco tiempo la red podría colapsar y afectar a miles.

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31 March 2017

El año pasado escuché a un titular de salud hablar de construir otro Hospital Rosales para sustituir al actual que ya cumplió sus objetivos con creces y entre cosas dijo que las demandas habían rebasado sus capacidades, que adolecía de sobrecarga de enfermos, que sus instalaciones ya no responden a las exigencias actuales y, para colmo, funciona con presupuestos crónicamente insuficientes. Para variar hace algunos días me di cuenta que el Hospital Zacamil de la red pública se encuentra abarrotado de enfermos, los pacientes de Observación (Emergencia) ya no caben y tienen que ubicarse en camillas llenando pasillos, que las diferentes dependencias habitualmente están saturadas, que muchos pacientes lesionados en accidentes de tránsito gravitan sobre Emergencia y que la escasez de camas es un problema persistente.

Así como están las cosas en el área metropolitana los problemas hospitalarios ya se volvieron rutina; no obstante, hasta esta fecha no he escuchado que se anuncien planes concretos para implementar soluciones de fondo para el corto, mediano y largo plazo. La tendencia parece ser, por un lado, dar largas al asunto y, por otro, contentarse con la modalidad de los “remiendos” de escasa envergadura. El problema es que si no se hace nada importante ahora, en poco tiempo la red podría colapsar y afectar a miles de enfermos que no pueden dejar de atenderse todos los días.

El meollo de la solución, al menos en la zona metropolitana cuya población bajo responsabilidad supera el millón y medio de habitantes, es identificar y dimensionar (1) Las demandas de salud que genera esa población que se pretende proteger y (2) La oferta de servicios existente para satisfacer las anteriores con la idea de medir el tamaño de la brecha que se piensa enfrentar. Luego, utilizar la información anterior como insumo para formular un plan maestro de desarrollo progresivo de la infraestructura para disminuir esa brecha y, de ser posible, disponer de una oferta de servicios suficiente, oportuna y de calidad aceptable.

Como puede observarse, en un enfoque técnico no caben las soluciones sacadas de la manga, románticas y populistas. Porque, por ejemplo, los estudios de morbilidad y demanda en el último decenio podrían hacernos concluir que no se necesita de otro Hospital Rosales sino de al menos seis nuevos nosocomios, no necesariamente elefantes blancos de setenta millones de dólares, sino hospitales compactos de nueva concepción de aproximadamente veinticinco a treinta millones de dólares cada uno, dotados de una mayor dinámica y producción (menos uso de cama, más resolución ambulatoria, internamiento domiciliar, cirugía ambulatoria, etc.).

De acuerdo a los vientos que soplan, es una necesidad cada vez más apremiante contar con los siguientes hospitales especializados: Trauma, Cardiología, Oncología, Nefrología, Infectología y Geriatría. Los avances en la medicina, las innovaciones tecnológicas y los nuevos equipos están a favor de descentralizar estas especialidades y no concentrarlas en el Hospital Rosales como ha sido lo habitual.

En los últimos veinte años se han dejado de hacer obras que realmente pudieron beneficiar a los habitantes del país argumentándose la escasez de los recursos; sin embargo, lo controversial es que hay para algunas cosas y no hay para otras. Si se cumplieran las prioridades y existiera un genuino interés por atender las necesidades de salud de los salvadoreños a esta fecha se hubieran obrado milagros.

Como solo los recursos gastados en el hoyo de El Chaparral, más lo gastado en el redondel Masferrer y lo que se piensa gastar en el enclave del Ranchón de Navarra, pudieron haberse construido los seis hospitales de especialidades antes citados. Y con los cincuenta millones de dólares que se gastan en seguros médicos privados que solo protegen a unos pocos, podría modernizarse la red metropolitana de nosocomios que protege a un millón y medio de salvadoreños.

*Colaborador de El Diario de Hoy