Es conveniente que se explique, por parte del Gobierno de la República, la visita realizada por el ministro de la Defensa Nacional a Cuba.
El artículo 211 de la Constitución reza así: “La Fuerza Armada es una institución permanente al servicio de la nación, es obediente, profesional, apolítica y no deliberante en asuntos del servicio” y el artículo 213 dispone que su doctrina, composición y funcionamiento son definidos por la ley.
ARENA contempla el reconocimiento a la Fuerza Armada como único brazo armado del pueblo salvadoreño y como tal debe de dársele todo reconocimiento y apoyo. El FMLN tiene la complacencia del ministro de la Defensa Nacional, pero al interior de la Fuerza Armada hay un desagrado por el papel que ha venido dando al Gobierno y a su partido. No aceptamos pretender poner a disposición la institución con fines políticos y doctrinarios.
Afirmo que no hay ninguna razón para tener un acercamiento militar a Cuba y mucho menos en aspectos de la defensa nacional, no tenemos intereses comunes y más bien éstos son contrarios. Los salvadoreños estamos en la construcción de una democracia plena. Ellos representan una dictadura. El Gobierno cubano trató de sujetar el país a la dictadura castrista, y no se desconoce que fueron impulsores y proveedores del armamento para combatir a nuestra Fuerza Armada, en la agresión contra el Estado y que causaron millones de bajas en compatriotas que defendían con sus vidas la soberanía e integridad del territorio, exigimos la independencia de sus ideales y que se comporten como tales.
Considero que con estos acercamientos lo que se busca es alinear nuestra institución militar a La Habana como instrumento de poder y en una determinada coyuntura tenerlos a su favor. Si lo que se busca, como en el pasado, es ganarse el apoyo político de las fuerzas armadas para definir coyunturas políticas a favor del partido político en turno, no es el manejo democrático de las fuerzas armadas y va en contra de las reglas de un Estado de Derecho.
Exijo se aclare a la nación cuál es el trasfondo de dicho viaje. ¿Quién no desconoce que La Habana fue el impulsor y el proveedor de armas en la lucha armada en El Salvador ? Y el viaje puede significar un desesperado intento de fortalecer con acciones y estrategias militares un plan para asegurar futuras elecciones amañadas. Recordemos la carta del 14 de marzo de 1989 de la Comandancia del FMLN: “Entre ustedes y nosotros por encima de la oligarquía y el imperialismo, en la situación de guerra que vivimos, somos los poderes reales del país”.
No acepto que la Fuerza Armada sea vista como instrumento de poder a fin de mejorar correlación de fuerzas de nadie y en una determinada coyuntura tenerlos a su favor. La Fuerza Armada es una institución al servicio de la Nación, son instituciones del Estado y no de un partido. El día que las Fuerzas Armadas las conviertan en institución del partido, estaremos frente a la lógica de la guerra fría y en la dinámica de las rencillas que nada tiene que ver con intereses y sentimientos del pueblo salvadoreño.
Todo lo anterior me lleva a pensar y hacer preguntas respecto de si se trata de confundir la memoria colectiva tergiversando la historia y los valores de los protagonistas. No pueden negar la guerra que nos impusieron ni la gravedad de los hechos. Nada hubiera sucedido si no hubiesen querido apoderarse del país y de nuestro pueblo, no perdamos la memoria ni nos separemos de nuestras raíces, hagamos oír nuestra voz, ya que el silencio confunde y duele.
*Diputado de ARENA y colaborador de El Diario de Hoy.