Claudia Umaña sobre crisis de 2012: “Se aprendió a vivir en el marco de la Constitución”

La coyuntura de 2012 transformó a la sociedad civil para siempre, de acuerdo a la abogada.

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Claudia Umaña fue una de las invitadas a la conferencia sobre liderazgo.

Por Guillermo Miranda Cuestas

14 December 2017

En 2012, la Fundación Democracia, Transparencia y Justicia (DTJ) reunió a distintos jóvenes que rápidamente coordinaron iniciativas ciudadanas para incidir en la crisis institucional. De esos espacios surgieron líderes juveniles y organizaciones que actualmente dibujan el mapa de la sociedad civil salvadoreña joven. La presidente de DTJ, Claudia Umaña, recuerda aquellos días críticos para la democracia salvadoreña.

¿Cuál es el rol de la sociedad civil en la crisis?

La crisis realmente lo que hace es provocar una reacción desde la sociedad civil de protección hacia la institucionalidad. Eso vino a cambiar el escenario de la sociedad civil para siempre. En la Fundación DTJ tuvimos muchos acercamientos con jóvenes que nos preguntaban qué es lo que está sucediendo, porque hasta esa época los jóvenes no habían tenido esa identificación tan importante con ciertos derechos constitucionales y la comprensión de la teoría a la práctica era todavía un poco difusa. Sin embargo, se empezaron a dar iniciativas interesantísimas.

¿Como cuáles?

Movimientos que incluían formas de activismo innovadoras; marchas, videos, participaciones en medios televisivos, generadores de opinión. Esto provocó también un efecto de contagio, de tal forma que hubo un despertar de la juventud. El desafío era entonces cómo contagiar a más jóvenes para que comprendan que sus libertades individuales pueden ser dañadas en la medida en que tengamos a una Sala de lo Constitucional que ya no esté al servicio de la ciudadanía, sino que se le ate, se le provoque una parálisis que le impida ejercer los frenos y contrapesos. Surgieron iniciativas como Yo Me Visto de Blanco, el Zapatazo... Incluso meses después, cuando se quiso limitar la Ley de Acceso a la Información Pública con nuevas reservas, se desarrollaron dinámicas tan puntuales como “Presidente Vete”, que fueron muy ágiles y se volvieron virales.

¿Hubo colaboración entre generaciones?

La hubo. Recuerda que la crisis trascendió cuando se llevó el conflicto a la Corte Centroamericana de Justicia y en ese momento se vio cómo desde la institucionalidad, no solo nacional sino también regional, se intentaba mantener esa restricción que se le quería imponer a la Sala de lo Constitucional. En ese momento hubo una serie de tensiones muy fuertes; no solo estaban los abogados de gran trayectoria, los que llamamos esos “abogados notables”, los “gurús” involucrados, sino que también los jóvenes coincidieron en esa gesta de protección hacia la Sala de lo Constitucional, que estaba basada en un mayor conocimiento del contenido de la Constitución y del respeto que debe de haber de un órgano hacia el otro. Se concibió una justicia independiente como valor supremo a conservar para mantener los frenos y contrapesos.

¿Se superó la polarización alrededor de ello?

Sí, de hecho la exposición de las ideas fue lo que eventualmente fue calmando las aguas. Se aprendió a vivir el marco de la Constitución en la práctica y privó la independencia judicial y el respeto a la Constitución. Se revalorizó el rol de la Sala de lo Constitucional y fue un proceso de autodescubrimiento de la sociedad civil de su capacidad de incidencia. al sacar esa voz que, aunque vemos a veces que se vuelve a quedar callada, nos dio la percepción de que los jóvenes podían articularse de una manera efectiva e innovadora.

¿Está preparada la ciudadanía para asumir ese rol de ocurrir otra coyuntura similar?

Absolutamente. Con las nuevas técnicas que se han desarrollado, con el activismo, el país ha ido ganando una madurez destacada y de esto ya no hay un regreso. Si bien desde 1983 hemos recorrido momentos históricos, ahora es cuando veo que el tejido ya se armó y hay una sociedad civil dispuesta a cooperar para preservar la institucionalidad.