El contexto financiero internacional y nuestra crisis

El Salvador urge de una efectiva regulación fiscal para retornar a la disciplina, de tal manera que en el corto plazo se frene el deterioro y a mediano plazo se disminuya la deuda.

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27 March 2017

Se han tenido unos días movidos para los bancos centrales del mundo.

Desde que la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) tomó la decisión de subir las tasas de interés, por todo el mundo los anuncios de incremento de tasas le han precedido, como el Banco Popular de China, el Banco de Japón, el Banco Nacional Suizo y el Banco de Inglaterra. Esta coincidencia en la actividad de la mayoría de los guardianes claves de la economía global ofrece una buena oportunidad para hacer un balance de las finanzas internacionales.

Para El Salvador, siendo una economía dolarizada regida por la Fed, sería interesante tener conocimiento del contenido de las campañas de preparación de los mercados realizadas por varios gobernadores de la Fed.

Su informe mostró que el incremento significativo de puestos de trabajo en Estados Unidos eliminó el último impedimento para implementar esta acción, con estos recientes datos económicos sólidos, la Fed quiere dar espacio para aumentar las tasas de interés dos o posiblemente tres veces más durante este año.

Pero aunque el dólar cayó a raíz del anuncio, según estimaciones de expertos, el alza de tasas debería impulsar la moneda a mediano plazo, ya que la divergencia entre las tasas de interés de Estados Unidos y las de sus pares en el mundo atrae dinero a los Estados Unidos. Por lo tanto, otros bancos centrales tienen que elegir: ¿O imitan las acciones de Estados Unidos para proteger sus monedas, o se mantienen firmes y se arriesgan?

El Banco Popular de China eligió el primer camino. Con una fuga de capitales, que ya es preocupante, aumentó su tasa interbancaria para intentar mantenerse lo más cerca posible de las tasas de Estados Unidos. El Banco de Japón, que favorece un yen más débil, optó por dejar su política sin cambios. Lo mismo puede decirse de los bancos centrales suizos e ingleses, que dejaron sus políticas sin cambios. Por lo general, Suiza se enfrenta a una lucha constante para mantener el valor del franco, mientras que el Reino Unido intenta actualmente estimular las exportaciones, haciendo menos fuerte su moneda.

Por debajo de la superficie de los movimientos de los bancos centrales, o la falta de los mismos, se esconde la cuestión de la inflación. El control de precios es la única misión de casi todos los principales bancos centrales (la Fed tiene un doble mandato, además la gestión del desempleo), por lo que los índices de inflación son los verdaderos impulsores de la política monetaria a lo largo del tiempo. Después de varios años en los que los bancos centrales tuvieron que luchar contra la deflación, la inflación ha vuelto a los países desarrollados en los últimos 12 meses, y esto ha cambiado la tendencia entre los bancos centrales que han pasado de una mayor relajación monetaria a un endurecimiento de la misma.

La Administración Trump está comprometida con acciones para estimular la economía. Está presionando para implementar recortes de impuestos y aumento del gasto en infraestructura, políticas que aumentarían las presiones salariales y lograrían una inflación sostenible. Sin embargo, esas ideas se enfrentan a futuros inciertos. El Presidente Trump y el Congreso aún no se han alineado en lo que debe ser una reforma fiscal; por ejemplo, parece probable que al menos algún tipo de reducción de impuestos para empresas se implementará para el final del año.

El Salvador urge de una efectiva regulación fiscal para retornar a la disciplina, de tal manera que en el corto plazo se frene el deterioro y a mediano plazo se disminuya la deuda, mejorando el perfil financiero con los consecuentes beneficios para la población.

*Columnista de El Diario de Hoy. resmahan@hotmail.com