Dos días importantes

Mientras Noruega está en el extremo derecho amarillo claro que significa muy poca corrupción, El Salvador está en otro al rojo vivo que indica mucha corrupción.

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25 March 2017

El 20 de marzo fue el Día Mundial de la Felicidad y el 22, el del Agua, dos factores que influyen en nuestro bienestar y que, con lo pies sobre la tierra, estamos más mal que bien…

Según el Índice de felicidad publicado este lunes por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, el primer lugar lo ocupa Noruega. El Salvador, está en el 45… Y no me consuela que en algunos países de África son menos felices, sino más bien por qué nuestro lindo país no tiene un índice decente de felicidad.

Por lo que vemos en nuestra dura realidad, imagino que es la inseguridad, la economía “embrecada”, la desesperanza y la falta de trabajo lo que está influyendo en que la gente no se sienta feliz…

Al ver en internet cómo es Noruega y cómo es El Salvador, se da uno cuenta que una parte importante depende de la planificación a corto, medio y largo plazo de los gobiernos con la educación y las infraestructuras, para asegurar a la población bienestar y satisfacciones; la otra parte la tiene el sector privado con las inversiones propias y de alianzas con empresas extranjeras en modernizar la industria y desarrollar nuevos productos de gran calidad y, en tercer lugar, las personas que se implican en ser parte de un país próspero… Noruega es un país limpio porque los noruegos no ensucian, es seguro porque sus ciudadanos tienen trabajo y salarios que les permiten vivir decentemente y en el mapa mundial de la corrupción de 2016, que la representa con colores, mientras Noruega está en el extremo derecho amarillo claro que significa muy poca corrupción, El Salvador está en otro al rojo vivo que indica mucha corrupción.

Así las cosas, si cada uno hacemos lo nuestro, puede ser que poco a poco vayamos cambiando a ser una sociedad menos violenta y un poco más feliz…

Y con relación al agua, tenemos la bendición de que llueve mucho y se podrían llenar grandes estanques para retenerla y guardarla para el verano, pero por la negligencia de los últimos cincuenta años, desde que se saben los efectos del cambio climático y los fenómenos de El Niño y La Niña, y desde que el agua potable es un negocio rentable, hubo y hay más preocupación por invertir en explotar el subsuelo que por retener el agua en reservorios y evitar que como viene se va…

Un amigo agricultor con quien seguimos conversando sobre la solución del problema del agua en Santiago de María y los alrededores construyendo reservorios, me explicó que incluso el problema de la roya está ligado a la falta de agua. Su gran sueño es, y está trabajando en la búsqueda de soluciones, construir muchos reservorios que abastezcan a las fincas durante el verano y recuperarlas, crear muchos puestos de trabajo y dejar de depender de otros países para nuestra alimentación. Las fincas están abandonadas y las frutas y verduras que comemos vienen de Guatemala y México. Así, no nos sorprende que tres aguacates negruzcos y pequeños mexicanos valen un dólar y uno sale mal, y que en la colonia donde vivo, $2.20 nos cuesta el metro cúbico de agua.

Pues sí, el agua y la felicidad, dos asignaturas pendientes que tenemos que superar, el sector público, el privado y los buenos salvadoreños.

*Columnista de El Diario de Hoy. www.centrodecalidadyproductividad.com