Impulsar temas financieros en los programas escolares

El estudio de las finanzas debe promover la toma de decisiones éticas e informadas y estar conscientes de que cada decisión tiene una consecuencia de la que cada uno –nadie más - es el responsable.

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24 March 2017

"El ministerio de Educación, en coordinación con la Superintendencia del Sistema Financiero, instruye a unos 600 docentes para que impulsen temas financieros en los programas de estudio. La idea del gobierno es despertar entre los estudiantes el uso responsable del dinero desde sus primeros años de vida".

La Página publicó lo anterior el lunes 06/03/2017. Lo aplaudo porque, desde esta columna, lo he sugerido muchísimas veces. Me alegra que nuestros escolares estudien una materia que les servirá por el transcurso de su vida. Dependiendo, claro, de la preparación de los profesores que impartirán esas enseñanzas; ojalá no sean los mismos maestros que tuvieron los actuales funcionarios, dado que el manejo financiero de nuestra nación es absolutamente calamitoso.

Quienes se dedican a los negocios, la banca y las finanzas han sido desprestigiados en muchas épocas de la historia, pero quizá nunca como sucede actualmente, debido a la constante prédica de odio de clases a que estamos sometidos. Existen, por supuesto, pésimos elementos entre los comerciantes y los banqueros, tal como sucede en todas aquellas actividades desempeñadas por seres humanos. Pero la banca y las finanzas han sido los motores que nos han sacado del subdesarrollo y el medio que ha permitido triunfar a quienes han tenido la inteligencia, la iniciativa y la valentía de lanzarse a nuevas actividades de negocios, que sin un apoyo financiero hubieran quedado solamente en ideas nunca llevadas a la práctica.

Eso demuestra el Dr. Samuel Gregg, director de investigaciones del Acton Institute, en su libro más reciente: “For God and Profit, how Banking and Finance can serve the common good” (Por Dios y por lucro, cómo la Banca y las Finanzas pueden servir al bien común). Sería muy del caso que en el programa para docentes en finanzas, mencionado antes, se incluyera este libro.

El Dr. Gregg se remonta a la era precristiana para señalar cómo los humanos mejoraron su vida al inventarse la moneda; y prosigue la historia hasta nuestros días, en los que muestra cómo las graves crisis financieras vividas recientemente son culpa de la falta de ética de los actores, más que de los sistemas. ¡La historia de siempre! (Mi padre repetía que, al tratar con personas honorables, la palabra es suficiente garantía; pero ni todos los contratos del mundo, ni un juramento sobre la Biblia garantizan que un sinvergüenza cumplirá sus compromisos).

Previo al capítulo “Deuda y el mundo en desarrollo”, el Dr. Gregg cita a Benedicto XVI, quien con la sabiduría que le caracteriza condena la facilidad y falta de ética con que individuos y naciones nos endeudamos, llamándolo “vivir en la mentira” y haciéndonos ver que “estamos viviendo a expensas de las futuras generaciones”, lo que constituye una grave y terrible injusticia. ¿Cuándo abriremos los ojos a esa realidad? ¿Cuándo comprenderemos que el escolar que hoy recibe (a costillas del proveedor, aunque entregado por el gobierno) unos zapatos, un uniforme y unos útiles, por ejemplo, deberá pagar esos regalos en el futuro a precio de una educación deficiente y un horizonte de pobreza y subdesarrollo?

El estudio de las finanzas debe promover la toma de decisiones éticas e informadas y estar conscientes de que cada decisión tiene una consecuencia de la que cada uno – nadie más– es el responsable. Porque la responsabilidad individual es una de nuestras gravísimas carencias.

*Columnista de El Diario de Hoy.