El Salvador es el que más energía eléctrica importa a través del Mercado Eléctrico Regional, según un análisis del Administrador de Mercado Mayorista (AMM) de Guatemala, que es parte de los operadores del sistema a nivel regional.
Guatemala es el principal generador de la energía que se inyecta a esta red eléctrica, que se creó hace 21 años.
Sus estadísticas indican que, entre enero y agosto de este año, El Salvador ha comprado 1.2 millones de megavatios de energía/hora, lo que representa una participación del 70% respecto a los demás países de la región.
En 2016 esta participación fue de 62%, por lo que cada año que pasa aumenta sus compras.
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De acuerdo con Edgar Navarro, presidente del AMM en Guatemala, esto se debe que el país ha visto una mayor ventaja de precios al importar energía que al generarla.
“El Salvador ha sido el que más ha aprovechado la energía al precio del mercado internacional”, indicó Navarro, durante un taller para periodistas impartido la semana pasada en El Salvador.
“Es mucho mejor comprar energía que generarla en el país. Tiene la oportunidad de ir y buscar fuentes de energía más económicas”, agregó.
Tanto es así que entre julio y septiembre de este año más de la cuarta parte de la energía que utiliza el país fue comprada y el resto fue generada por sus diferentes sectores.
Esto, a pesar de que el país ha invertido unos $189 millones en la ampliación de la Central Hidroeléctrica 5 de Noviembre, que solo ha generado energía durante la época lluviosa.
El Gobierno también ha gastado hasta la fecha más de $108 millones por la presa hidroeléctrica El Chaparral, que sigue inconclusa después de siete años desde el inicio de su construcción.
Los datos de la Unidad de Transacciones (UT) de El Salvador a octubre de este año indican que el 45.2% de la generación de energía provino de fuentes hidroeléctricas mientras que la geotérmica representó el 21.3% y el de las importaciones fue de 23.2%.
Las estadísticas muestran apenas un 8.7% de generación térmica, es decir, a base de combustible fósil.
La solar, que es una fuente renovable en la que las empresas privadas están invirtiendo cada vez más, apenas representa 1.5% de la generación este año, según la UT.
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Ahorro millonario
Según las cifras de la Superintendencia General de Electricidad y Telecomunicaciones (Siget), comprar energía fuera del país ha representado un ahorro de unos $282 millones, una cifra con la que bien podría construirse una presa hidroeléctrica de unos 100 megavatios, según Navarro. “Es un volumen de dinero bastante importante que equivaldría a otra (presa) 15 de septiembre”, dijo el profesional.
La Siget informó, en su momento, que este ahorro se ha trasladado a los consumidores, aunque el tema tiene sus contrastes pues este año también fueron eliminados de la lista de beneficiarios muchas familias salvadoreñas, con lo cual su factura eléctrica se elevó tras no contar con el apoyo gubernamental.
Además, el precio al que se compra la energía de Guatemala se limita a un 21% de la energía que no está contratada a largo plazo, pues el 79% de ella ya tiene un precio definido a través de contratos de largo plazo.
Según los datos de la UT, en este mercado conocido como Mercado Regulador del Sistema (MRS), el precio promedio del año ha sido de $78.24 por megavatio.
En octubre de 2016 este precio era de $104.55, por lo que le ha permitido al país un ahorro significativo.
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Guatemala, el mayor vendedor de la red
La mayor parte de la energía se genera en Guatemala. Las estadísticas señalan que este país ha inyectado el 78% de la energía a la red eléctrica regional.
Por tanto, no compra energía, sino que más bien la vende, sacando provecho de una matriz energética más consolidada y con suficiente excedente para comercializarla a un buen precio.
Navarro explica que el país vecino se ha convertido en el principal suministrador de la energía de la red regional, tanto en precio como en volumen, porque a partir de 2017 fue cambiando la matriz energética de manera que la composición fue cambiando de bunker a generación más barata como la hidroeléctrica y la instalación de plantas de vapor a base de carbón mineral, que es más barato.
Además, la mayoría de los ingenios también produjeron su propia energía a través del bagazo de caña, con lo cual se ha reducido el consumo de otras fuentes caras como el búnker.
Este mercado regional, que se creó en 1996, ha ido ganando cada vez más protagonismo y es un respaldo para aquellos países con déficit energético.
“El mercado eléctrico regional es el que abastece el déficit que pudiera haber en cualquiera de los demás países”, mencionó Navarro.
Costa Rica, por ejemplo, ha recurrido al MER en época seca (entre marzo y junio) pues la mayor parte de su generación depende del recurso hídrico.
Honduras es el que más usa el mercado eléctrico regional después de El Salvador, según los datos proporcionados por AMM.
Nicaragua y Panamá son los que menos necesitan recurrir a este mercado debido a que también están diversificando su matriz energética para depender menos del combustible fósil.