Mejor no me defiendas, compadre...

No creo que haya sido un buen servicio el que le prestó el partido oficial al magistrado suspendido del Tribunal Supremo Electoral, al expresarle su apoyo públicamente y lanzar diatribas contra la Sala de lo Constitucional.

Menos oportunas creo que fueron las palabras de un dirigente oficialista y del mismo funcionario suspendido al decir que con la medida “se rompe la correlación” al interior del TSE, como si no supieran que desde hace tiempo se ha tratado de erradicar las cuotas, las ganguerías y la politiquería de las instituciones que administran justicia y ya no pueden pensar en función de partidos.

Es un principio universal que los jueces deben ser independientes, imparciales y apolíticos, para no cargar los dados. Esto lo saben bien los abogados y no pueden asumir demencia.

Pero, ¿cómo puedo esperar imparcialidad de una persona que manifiesta su apoyo a un partido y asume sus mismas posiciones, sobre todo con el agravante de que este mismo partido sale después en su defensa?

¿Cómo puedo creer que será independiente un juez que habla contra los “ricos” y “la derecha” y saca a relucir la jerga del odio de clases, de la misma manera como si fuera un comisario político y no como un equilibrado y ecuánime administrador de justicia electoral?

Hablar de la “correlación” en un organismo que se ha despartidizado revela que más bien han seguido manteniendo la idea de tener un control directo sobre el mismo.

Creo que ha sido más prudente el Presidente, al dejar en manos del Poder Judicial ese asunto.

En síntesis, el berrinche solo reveló sentimientos ocultos.

¿Se les ha olvidado que una de las razones que se invocaron para que este país estuviera en guerra fue la politización de las instituciones y la corrupción de la administración de justicia y en los organismos electorales?

¿Por qué en tiempos del pecenismo y los militares eso era una afrenta y ahora tiene que volverse puro y sacrosanto en manos del efemelenismo? ¿Qué deidad o ángel los ha investido de autoridad divina para que puedan convertir la sinrazón, la mentira y violencia en algo sublime y canonizable?

Lo más grave es el llamado que hacen a desatender las sentencias del Sala, como lo han venido haciendo en todos estos meses moviendo masas en varias localidades para intimidar a los magistrados.

Declaraciones y comunicado solo dejan en la población la idea de que realmente puede haber más que “afinidad”, algo así como los amantes que no pueden ocultar su pecado.

“Dulces son las aguas hurtadas, y el pan comido en secreto es sabroso”, dice un proverbio bíblico.

Los abuelos nos enseñaron que muchas veces, por persignarnos, nos arañamos. Ahora parece haberse cumplido…

*Editor Subjefe de El Diario de Hoy.